Este sábado 12 de abril se ha inaugurado en Barcelona la primera edición de Eat Street, un evento que reivindica la comida callejera como una alternativa gastronómica de calidad.
El evento busca ser un punto de inflexión para que la ciudad condal rebajé sus exigencias en cuanto a la normativa sobre comida callejera y se convierta en uno de los referentes, como ya lo son otras ciudades europeas.
La organización puede presumir de haber muerto del éxito, pues visto lo visto no creo que nadie hubiera imaginado tal afluencia de público.
La visita me deja con un sabor agridulce. En primer lugar, nada más llegar me encuentro con una cola que da la vuelta a la manzana. Teniendo en cuenta que eran las 14:00 horas y que tenía bastante hambre estuve tentado a desistir.
Como vi que la cola avanzaba a buen ritmo me quedé. El resultado ha sido casi una hora de espera.
Una vez dentro la cosa prometía. Varios puestos, con más colas, despachaban todo tipo de platos.
El carácter internacional del evento es obvio, tanto por su público, como por la variedad de platos extranjeros que podemos encontrar.
Lo primero que he probado ha sido este espectacular sándwich Curry Me. Lo elaboraban en una auto caravana, al más puro estilo callejero y según dicen el pollo se deja marinando 24 horas. El resultado ha sido acertado.
Otro de los puestos en los que he parado estaba especializado en carnes ahumadas.
Aquí he probado un sándwich de pastrami, que aunque estaba bueno, se me ha hecho un poco pesado por la salsa amostazada que llevaba.
Lo último que probé y que estuve a punto de no hacerlo por la cola que había, fue una hamburguesa elaborada con ternera ecológica.
Venía acompañada de unas patatas fritas que estaban de lujo, bien confitadas y doradas al final, que han llegado a eclipsar al plato principal.
Todo esto ha ido acompañado de unas cañas de la casa Moritz, que parece que está y estará muy presente en los eventos de este tipo en Barcelona.
Los pros del evento:
- El potencial del evento es muy grande. Solventando temas de organización y espació le auguro muchas próximas ediciones.
- El carácter internacional del evento.
Los contras:
- Supongo que debido a ser la primera edición, pero el espacio se ha quedado muy pequeño. Teniendo en cuenta el tirón de este tipo de eventos en Barcelona, debían haber previsto que era necesario un lugar más grande -o hacerlo en la calle, que por algo es street food- y evitar colas de más de una hora.
- Supongo que en próximas ediciones habrá más stands ya que en esta no llegaban ni a 20.
- Sería conveniente que moderaran los precios ya que en algunos platos 5 euros es algo exagerado.
En fin, un nuevo evento gastronómico en la ciudad que puede acabar convirtiendose en un referente a nivel nacional y conseguir que se relajen las normativas de la ciudad en cuanto a street food se refiere.