La patata humilde tubérculo ¿verdad? pero estoy segura no falta en vuestra despensa. Porque la verdad sea dicha sera humilde pero ya forma parte de nuestras vidas a tal grado que se puede decir que no podemos pasar sin ella. Además seguro que nos han librado de más de un apuro cuando no hemos sabido que hacer de comer. Porque todo sea dicho será humilde pero agradecida, esta rica de cualquier forma.
Os diré que en España se cultivan hasta unas ciento cincuenta variedades de patata. Pero también os diré que no todas las patatas son iguales. Es algo que tienes que tener en cuenta al hacer la compra si quieres que tus comidas estén más ricas. Las debes de escoger sanas y consistentes, sin zonas verdes, puntos germinados o grandes deformaciones. También tienes que tener en cuenta su variedad para el uso que le vayas a dar.
Estas son las características que debe tener cada patata para cada tipo de cocinado:
Las mejores patatas para cocer o hacer recetas de cremas y purés son de pulpa blanca ya que tienen un bajo contenido en almidón como la Monalisa, Desirée y Kennebec.
Las patatas para freír deben tener un bajo contenido en agua, las más compactas son ideales al quedar duras y crujientes por fuera pero blandas por dentro como la Baraka, Spunta, Agria y Caesar.
Para asar al horno, en patatas panaderas, a lo pobre, son excelentes las variedades harinosas, que pierden su textura y quedan blandas, pero sin deshacerse como la Kennebec y la Spunta.
Para terminar y aprovechando que ya las hemos recolectado en casa os enseño las que a mi mas me gustan. Las podéis ver en la foto, las rojas son de la variedad Desirée y las amarillas Agria. Como podéis ver las tengo en cajones, ahora hay que esperar unos días por ver si se pone alguna mala y después las elegiremos, pasándolas a otros cajones y echándoles “polvos” para que nos duren todo el año.
Si no lo hacéis os recomiendo que miréis la variedad a la hora de comprarlas, os lo digo por pura experiencia. Yo mas de una vez me he llevado un buen chasco por eso ahora las plantamos en el huerto.
Fuente: este post proviene de El Desván de Vicensi, donde puedes consultar el contenido original.
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