A mi me encantan los espárragos, tienen un montón de propiedades: son depurativos, contienen fibra, buenos nutrientes y su aporte calórico es mínimo.
Hay ocasiones en que abro una lata o frasco de espárragos blancos, unto un par de rebanadas de pan de molde con una buena mayonesa y le coloco los espárragos cortados. Una delicia!!!
El problema es que su fuerte y característico sabor no es del agrado de todos. A mis hijos no les gustan, pero quiero ir introduciendoselos para que incorporen TODOS los alimentos en su dieta y aprendan a comer de todo. No quiero que se conviertan en unos caprichosos que sólo coman lo que les gusta y que además se pierdan oportunidades de probar alimentos nutritivos y sanos.Por eso se los he "camuflado" con una albarda de jamón serrano y queso Brie. Como son muy "queseros" lo han comido, al principio a regañadientes, pero luego han transigido.
No me digáis que el aspecto de estos paquetitos no es precioso, incluso para una cena informal!!
Para 4 personas:
un manojo de espárragos trigueros
150 g de jamón serrano en lonchas finas
una cuña de queso BrieSe precalienta el horno a 200º C para el gratinado posterior.
Se lavan los espárragos y se les corta la parte más fibrosa y dura del extremo inferior. Se pone una cazuela con agua salada y cuando hierva se añaden los espárragos enteros.
Cuando se reanude la cocción se cuentan 5-6 minutos ( a mi me gustan al dente, es decir, crujientes) o más tiempo si os gustan más tiernos.
Se escurren del agua, se secan y se envuelven de dos en dos en media loncha de jamón y se cubren con un trozo de queso brie o camembert, o torta del Casar si tenéis esa suerte!!
Se colocan en una fuente para horno y se introducen en el horno el tiempo necesario para que se funda el queso o se gratine.