Aunque los platos calientes, comienzan a apetecer poco con los calores, de cuando en cuando, se puede degustar un plato caliente, tan delicioso como este.
Realmente, me decidí por realizar este estofado, porque tenía zanahorias en la nevera ya un poco feas y no sabía qué hacer con ellas, solo me falto encontrar unas costillas de ternera perdidas en el congelador, para pensar en realizar este estofado.
Ingredientes (2 personas):
350 g de costilla de ternera troceada
4 alcachofas congeladas
6 zanahorias medianas
1 cebolla
1 pimiento verde pequeño
1 vaso de vino blanco
½ cabeza de ajos
½ pastilla de concentrado de carne
Molinillo con mezcla de especias picantes
Aceite
Preparación:
En esta ocasión, vuelvo a desempolvar mi cazuela de barro, para realizar este estofado a fuego lento y sin prisas.
Los impacientes, pueden realizarlo en olla exprés y reducirán considerablemente el tiempo de cocción.
En primer lugar, colocamos un generoso chorrito de aceite en la cazuela y doramos la carne pare sellarla.
Cuando este sellada, añadimos la cebolla y el pimiento, ambas verduras cortadas en juliana.
Cuando las verduras estén tiernas, añadimos el vino y removemos todos los ingredientes para que se mezclen los sabores.
Añadimos como medio litro de agua, dejando el fuego a media potencia, como mucho (cuanto más lento mejor), dejando cocer hasta que la carne comience a estar tierna.
Si queréis acelerar un poco la cocción, podéis tapar la cazuela con una tapadera.
Pelamos y troceamos las zanahorias, uniéndolas al guiso.
Añadimos también los corazones de las alcachofas cortados en cuatro partes cada uno de ellos.
Añadimos los ajos sin pelarlos.
Colocamos la pastilla de concentrado de carne, molemos el mix de especias picantes y dejamos que todo se nos ponga tierno a fuego lento.
Cuando estén todos los ingredientes tiernos, servimos a la mesa bien calentito.