Una persona sin amigos es como un libro que nadie lee.
Es Domingo, cinco de Enero, acabamos de desayunar y leemos el periódico antes de salir a pasear sentados en el salón, hace frio y el día se presenta gris quizás presagiando los durísimos meses que nos llegaría en un futuro no muy lejano, en el que me encuentro hoy como millones de personas en el mundo “confinada”, encerrada en casa sin poder salir, sin ver a nuestros seres queridos, a la familia, a los amigos.
Nos mirábamos mi marido y yo, con una mirada nos entendímos, nos leimos el pensamiento; no saldremos, nos quedamos en casa, encendemos la chimenea y escucharíamos música mientras yo cocinaba.Así hicimos, sentados al calor del hogar, recordando momentos, charlando mientras bebíamos una copa de vino ¿Por qué no llamamos a Manolo y a Lola y los invitamos mañana a comer? ¿el día de Reyes? Tendrán compromisos.nos decíamos los dos. ¿Tienes pensado qué preparar? ¿Tienes bastante en el frigorífico para dos personas más? ¡¡ que donde comen dos, no comen cuatro !! Lo que hay, lo compartimos, le contesté, no te apures¡¡venga llamalos!! Y dijeron que sí.
Los cuatro pasamos el día, hablando, riendo, yo cociné y disfrutamos durante horas de nuestra amistad.
No olvidemos que los amigos no se buscan, la vida nos lo presenta. Soy, somos afortunados mi marido yo , tenemos la suerte de contar con bellas personas que podemos llamar “amigos” en éste caminar de la vida; muchos de ellos desde hace años, de siempre; otros más recientes pero no por ello menos importantes, menos queridos, menos cercanos. Personas que conforman un lienzo excepcional y mágico que conectan con nosotros a quienes damos nuestra confianza y abrimos no sólo nuestro corazón, también las puertas de nuestra casa y pasan a formar parte de ése círculo que podemos llamar amigos de verdad.
Dicen quienes me quieren de verdad, quienes me conocen bien que soy una persona quizás demasiado extrovertida, muy sociable, abierta a los demás, sincera y coherente con mis pensamientos, con mi forma de ser y que en gran medida no aprendo de los golpes que me ha dado la vida por ser como soy. Y pueden que tengan razón, a veces intento seguir los consejos que me dan, es difícil para mi, a éstas alturas de mi vida cambiar, dejaría de ser yo cambiar de forma de ser y de pensar en cuanto a que es importante en la vida compartir momentos y experiencias con quienes te rodean.
Bien es cierto que a veces ha habido personas que se cruzaron en mi camino que no han merecido mi confianza ni tan siquiera mi amistad, que quedaron atrás, pero que en definitiva aportaron experiencia y vivencias. La amistad no deja de ser un vínculo emocional que nos proporciona la posibilidad de compartir con los demás la vida en sí, es una de las relaciones afectivas más común que no nos viene impuesta, ni se programa; no deja de ser una relación recíproca que como todo lo bueno hay que saber cultivar, cuidar y mantener.
“Amistad” hermosa palabra que se usa hoy en día muy a la ligera. ¿Saben que proviene del latín? Concretamente de “amicus”, que a su vez deriva de la palabra “amore”: amor.
Un día de Reyes mágico, donde prevaleció la gastronomía y la amistad, sin estar programado, tal cual lo pensamos, ocurrió; vinieron a “Mi Cocina”, les preparé el almuerzo y entre otros platos, unos fideos fritos (a la parte o a banda como más me gusta llamar a ésta receta marenga) con salmonetes y gambones.
Por cierto, no puedo olvidar que les conocí gracias a los propietarios del Restaurante KGB, donde cada mes presentan dos nuevos platos, invitando a sus autores, grandes chefs de muy altísimo nivel realizando una presentación a los medios de comunicación, periodistas, bloggers y personas influentes del mundo de la gastronomía, donde tengo el honor, la suerte no sólo de ser invitada, sino haber conseguido ser "Chef Invitada" en uno de sus concursos más importantes: El Chef critita y los Críticos cocinan. Entre ellos, los invitados mensualmente, están Manolo y Lola (Manolo Medina es un gran periodista gastronómico, fotógrafo y blogger ésta es su web GASTRONOMIA A TOPE)
Éste plato tan tradicional malagueño, es una de las tapas que se puede disfrutar en el restaurante KGB de Málaga, donde cada mes hay un chef invitado. Irene (chef) y Jose Alberto (periodista, profesor de marketing en la UMA y escritor) sus propietarios generosamente publicaron un libro de recetas (el primero de muchos por publicar) y entre ellas la “tapa” del chef Javier Hernandez del Restaurante Candado Golf.
Y en honor a ellos, a Manolo, Lola, Irene, Jose Alberto y Javier, en honor a la amistad, publico éste plato que hemos disfrutado en “Mi Cocina” echándoles mucho, muchísimo de menos, porque debido al confinamiento por la terrible situación que nos ha tocado vivir, hoy por hoy #YoMeQuedoEnCasa
Mientras podamos volver a reunirnos, les animo a preparar éstos FIDEOS TOSTADOS CON ALI OLI DE PIMIENTOS DEL PIQUILLO CON GAMBONES.
¿CÓMO LO HICE?
INGREDIENTES PARA DOS PERSONAS:
Cuatro vasos pequeños de fideos tipo “O”, medio litro de caldo de pescado (lo preparé con caldo de un emblanco de rosada y con un caldo preparado con las cabezas y la piel de los gambones que explicaré a continuación), cuatro cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra, 1 diente de ajo, dos cucharadas soperas de vino blanco, sal y perejil fresco.
PARA LA MAYONESA:
1 mediano, un vaso pequeño de aceite de oliva virgen extra, un trocito pequeño de ajo, sal y 2 pimientos del piquillo (en conserva),
LOS PASOS A SEGUIR:
Pelar los gambones, quitarles el cordón intestinal y reservar cabezas (cortándolas por la mitad, en dos trozos) junto con la piel por un lado y la carne por otro.
Pelar el ajo y picar en trozos muy pequeñitos. Reservar igualmente.
Hacer la mayonesa. Para ello en el vaso de la batidora echar el huevo, un trocito de ajo y el aceite de oliva, dar máxima potencia hasta conseguir la consistencia deseada. Incorporar los pimientos del piquillo y salar al gusto, batir hasta que todos los ingredientes estén bien integrados. Reservar en el frigorífico.
En una cacerola calentar el caldo de pescado, mientras en otro recipiente echar un chorreoncito de aceite de oliva y freir las cabezas y la piel de los gambones durante dos o tres minutos, removiendo de vez en cuando. Una vez estén doradas, incorporar el vino blanco dejando evaporar unos segundos. Añadir a continuación dos cucharones del caldo de pescado dejando hervir uno o dos minutos. Colar y pasarlo al resto del caldo de pescado. Salar al gusto. Mantener caliente.
En una sartén echar tres cucharadas de aceite de oliva virgen extra y una vez caliente, marcar los gambones por ambos lados, de forma que estén dorados por fuera y jugosos por dentro. Incorporar los trocitos de ajo. Una vez los gambones listos, sacar y reservar calientes.
En la misma sartén incorporar los fideos, e ir tostándolos, removiendo continuamente con una pala de madera a fin de que queden uniformemente dorados y crujientes, con cuidado de que no se lleguen a quemar.
Una vez conseguido el color dorado, incorporar poco a poco el caldo de pescado dejándolos hervir hasta que se ablanden. Importante que no se hagan demasiado, deben apartarse del fuego cuando estén “al dente”.
Apartar del fuego y a la hora de servir, echar por encima el ali oli de pimientos del piquillo, los gambones y adornar con un poco de perejil picado.
Contando los días para volver a KGB o en “Mi Cocina”, sea donde fuere....tenemos vuestra amistad.
#YoMeQuedoEnCasa pero sigo dejando volar mi imaginación mientras cocino.
Y sueño que estamos en Restaurante KGB también con sus anfitriones, nuestros grandes y buenos amigos.