Si los italianos inventaron la pizza, a los franceses les cabe el honor de ser los creadores de la galette. Es un plato típico de la región francesa de Bretaña pero que admite variaciones. No en lo concerniente a la base, pero sí en el relleno. La galette bretona, cuya base se hace con trigo sarraceno, suele llevar un relleno de jamón cocido, queso y un huevo. Es un plato completo. Nosotras, aprovechando la gran cantidad y variedad de tomates que hay en los mercados, hemos optado por hacer una receta bien sencilla usando como relleno diversos tipos de tomate. Es una galette vegetariana. También existe la versión dulce de la galette que no hay que confundir con las crêpes. De hecho, en el blog tenemos una galette de ciruelas moradas.
RECETA
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INGREDIENTES
Tomates variados (nosotras hemos puesto tres variedades distintas)
Una lámina de masa brisa
1 cebolla morada
Aceite de oliva virgen
Queso feta
Sal
Orégano
1 huevo para pincelar
PREPARACIÓN
Cortar la cebolla muy fina, podéis hacerlo con una mandolina. Ponerla en un plato, añadir un chorrito de aceite y un poco de sal. Mezclar bien y reservar.
Extender la masa brisa sobre una fuente de horno redonda. Poner en la base el queso feta desmenuzado, pero podéis variar el queso si este no os gusta. Colocar encima la cebolla y las rodajas de tomate superponiendo unas sobre otras. Poner un poquito de sal sobre los tomates, un chorrito de aceite de oliva y un poquito de orégano.
Doblar los bordes de la masa hacia el interior, pincelar los bordes con un huevo batido. Meter en el horno precalentado a 180º durante 30 minutos. Si utilizáis un molde de cerámica tendréis que dejarlo más rato solo por debajo.
Se puede comer fría o caliente.