Esta es una de esas recetas que quería hacer desde hace mucho tiempo, llevan gran cantidad de avena, que me encanta, y pensar en comérmelas en forma de sandwich rellenas de crema de queso mmmmmmm.
Son perfectas para un desayuno o merienda para cargar bien las pilas. Están deliciosas!!!!! Solas o rellenas, me gustan de todas las maneras. Con un buen uso de leche o un café, o un Chai tea latte.
¿A qué apetece darles un bocado?
Cuando leí la receta de Jamie, de My Baking Addiction, pensé que llevaba demasiada avena, pero no, luego quedan riquísimas. Vamos con la receta, recordad, ingredientes a temperatura ambiente. El azúcar moreno es mejor que sea de grano fino.
Galletas de avena
INGREDIENTES:
Cookies
– 230 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
– 150 g azúcar moreno fino (o light brown sugar)
– 100 g de azúcar blanco
– 2 huevos tamaño L
– 1 cucharadita o TSP de extracto de vainilla
– 190 g de harina
– 1 cucharadita o TSP de bicarbonato sódico
– 1 cucharadita o TSP de canela en polvo
– 1/2 cucharadita o TSP de sal
– 270 g de copos de avena
Crema de queso
– Ver receta aquí
Precalentar el horno a 180ºC con calor arriba y abajo. Preparar bandejas de horno con Silpat, lámina de teflón o papel de horno. En un bol mezclar y tamizar la harina, la sal, el leudante y la canela. Mezclar la mantequilla pomada con los azúcares en un robot tipo KA, con la pala, hasta que se obtenga una mezcla cremosa. Añadir los huevos e integrar. Lo mismo con el extracto de vainilla. Agregar la mezcla con harina poco a poco hasta integrar. Por último añadir los copos de avena. Con la ayuda de una cuchara de helado formar bolas y colocar en la bandeja, no más de 6, crecen bastante (fijaos en las fotos). Hornear a media altura unos 15 minutos o hasta que se doren ligeramente (menos tiempo si ponéis menos masa). Sacar del horno y dejar 5 minutos más en la bandeja. Luego dejar que se enfríen sobre una rejilla. Aguantan bastantes días en una lata o contenedor hermético si no están rellenas, si llevan crema de queso podéis guardarlas varios días en la nevera en un contenedor hermético y sacarlas 1h antes de comerlas.
Cuesta más pesar los ingredientes que hacerlas, y no sé por qué no hago cookies más a menudo.
Las cookies quedan blanditas y masticables.
Tengo que volver a hacerlas sí o sí.
Definitivamente se quedan en mi lista de galletas favoritas.
Podéis comerlas solas, con un buen vaso de leche o en modo sandwich rellenas de crema de queso.
Tienen un bocado de lo más apetecible ¿no os parece?
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