Estas galletas las hice con una harina que quizá no sea conocida por muchos, muy común si, entre la población española, específicamente la canaria; ya que en las islas se consume habitualmente la harina de gofio. También conocida por los cubanos y acá en Venezuela. Y aunque actualmente acá en el país cuesta conseguirla, de vez en cuando hay suerte y la vemos en algún supermercado.
Pero que es la harina de gofio??? Pues no es mas que una harina de trigo, que puede contener una mezcla de otros cereales e incluso de algunas legumbres secas y que se caracteriza porque los granos que la componen están previamente tostados. Es un poco menos refinada que la harina de trigo blanca, aunque calóricamente tiene casi las mismas calorías y carga glicémica que la harina de trigo todo uso. Y fue en tiempos de guerra y de hambre, el alimento que mantuvo en pié a los muchos que casi no tenían que comer. Es un alimento muy completo que suele incluirse en caldos de verduras y pescado para dar una consistencia gruesa o comerse como un atol preparado con leche.
Pero yo quise darle la vuelta a esa forma tradicional y ancestral de consumir la harina tostada, y convertirla en unas ricas galletas, altas en fibra, llenas de sabor y claro que sí!!! saludables.
Esta receta de galletas puede hacerse también con harinas como el trigo sarraceno, trigo integral, centeno o cualquier harina saludable y poco refinada que suelan usar y tener en sus localidades.
INGREDIENTES
100 gr = 3/4 de taza de harina de gofio
15 gr = 3 cdas de salvado de trigo o afrecho
10 gr = 1 cda de semillas de linaza
1 cda de cacao en polvo puro sin azúcar añadida
40 gr = 1/4 de taza de aceite de soya o girasol o coco
1 cda de semillas de hinojo
1 cda de semillas de cilantro
1/2 cdta de sal fina
1 pizca de pimienta negra molida
sal gruesa
agua helada c/n
PREPARACION:
Unir en un bowl grande todos los ingredientes secos, menos la sal gruesa, y mezclar bien.
Incorporar el aceite y con ayuda de una espátula integrar lo mas que se pueda.
Ir agregando el agua helada de cucharada en cucharada y tratando de compactar con las manos la mezcla hasta obtener una masa que sea compacta pero no pegostosa.
Darle forma cuadrada y plana a la masa, envolverla en un papel film y llevarla a la nevera por 45 minutos.
Una vez transcurrido el tiempo, sacarla, espolvorear la superficie del mesón con un poco de la harina de gofio y extenderla poco a poco con un rodillo. Si se ve que se resquebraja en algunas partes, con la mano se junta y con el calor de la misma se sella.
Extender la masa aproximadamente a unos 4 o 5 mm de espesor. Cortar las galletas con un aro o un vaso. Llevarlas a la bandeja para hornear previamente engrasada o con una silicona, espolvorearles la sal gruesa por encima y hornearlas en un horno precalentado a 180 °C por los primeros 8 minutos y luego a 150°C hasta que estén firmes al tacto.
Retirarlas de la bandeja apenas las sacamos del horno y dejarlas enfriar sobre una rejilla.