Si os gusta el salmón ahumado que venden en los supermercados os gusta el gravlax hecho en casa. No os preocupéis, no tendréis que ahumarlo, tan solo marinarlo durante dos días, pero es cierto que su sabor recuerda al del salmón ahumado. El gravlax es una receta escandinava y os sacará de más de un apuro, ya que sirve para preparar canapés, sandwiches, ensaladas... Se prepara entre otros ingredientes con sal y azúcar. Ambos ayudan a eliminar parte del líquido del pescado, lo cual ayuda a alargar su conservación. ¿Hablamos del color? con solo mirar la imagen coincidiréis conmigo en que es espectacular ¿verdad? Se debe en parte a la remolacha y os recomiendo que la manipuléis con cuidado para no manchar demasiado vuestra cocina.
Os animo a que sigáis leyendo. Esta receta es más fácil de lo que pensáis.
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Ingredientes:
600 g. de salmón fresco
250 g. de azúcar
250 g. sal gruesa
1 pizca de pimienta negra
la piel de 2 naranjas ecológicas
varias ramas de eneldo fresco
700 g. de remolacha fresca
Preparación:
Saca las espinas y corta los bordes del salmón.
Pela, lava y ralla la remolacha. Reserva.
Mezcla la sal, el azúcar, la piel de naranja y la pimienta negra.
Coloca parte de la mezcla en un recipiente de cristal y coloca el salmón con la piel hacia abajo. Cúbrelo con el resto de la sal.
Coloca las ramas de eneldo y cubre todo con la remolacha rallada.
Cubre con un film y coloca un algo pesado encima (yo uso una caja de leche). Déjalo así durante 24 horas en el frigorífico. Pasado este tiempo, dale la vuelta al salmón y cubre de nuevo con la remolacha. Coloca otra vez el film y déjalo en el frigorífico otras 24 horas.
Pasados los dos días, lava el trozo de salmón bajo el grifo y sécalo con un paño o papel de cocina. Guárdalo en el frigorífico en un recipiente de cristal con tapa y corta en láminas finas cada que quieras comerlo.
Dura en el frigorífico 2 o 3 semanas o meses si lo congelas.
Fuente: Brunos Kitchen.