Sabéis que me gusta la pasta, especialmente las recetas con toques especiales, como esta que os traigo hoy con un toque de miel y jengibre en las verduras que hacen que el plato sea muy especial. Yo os propongo una serie de verduras, las que he utilizado yo, pero, como sabéis, podéis cambiar la receta para que se adapte a los gustos de los comensales de vuestras casas.
El mes pasado recibí la nueva caja de Degustabox que incluía una de las cosas que más me gustan: pasta mafalda corta de Garofalo. Sabía que tenía que hacer una receta con ella y me he decantado por esta tan especial con verduras y un toque oriental que incluye miel y jengibre.
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Volviendo a la receta, a muchos os echará para atrás esta mezcla tan rara de miel y jengibre, pero desde que me la propuso María Olagüe, de Decöcina, no he parado de hacerla. Las verduras adquieren un toque magnífico con esta mezcla, que junto con la pasta y la salsa de tomate hacen un plato de diez.
Yo he utilizado brócoli, calabacín, tomates cherry, pimiento verde y cebolla, pero podéis utilizar las verduras que os apetezcan. La verdad es que últimamente me estoy aficionando al brócoli, sobre todo a comerlo con pasta. Es una verdura con alta dosis de vitamina C y fibra, por lo cual su consumo es muy beneficioso. Es preferible saltearlo o hacerlo al horno ya que si lo hervimos vamos a hacer que pierda muchos de sus beneficios, en especial sus compuestos anti-cancerígenos. ¡Así que ya sabéis!
Se podría usar cualquier pasta corta, como macarrones, espirales, lacitos, pero os animo a que introduzcáis nuevos tipos de pasta, como esta mafalda corta, con la que le dais un toque diferente al plato (sobre todo si en vuestra casa coméis mucha pasta, para que no parezca que coméis siempre lo mismo... aunque así lo sea).
Os dejo la receta que sé que os va a encantar, ¡ya me diréis qué os parece!
Pasta con verduras a la miel y jengibre
Dificultad: Fácil
Raciones: 4
Etiqueta: Pasta
Para la pasta y verduras:
400 gr de mafalda corta Garofalo
Agua abundante
100 gr de brocoli
Medio calabacín
Ocho tomates cherry
Un pimiento verde
Media cebolla
Dos cucharaditas de jengibre
Tres cucharadas de miel
Una pizca de sal
Una pizca de pimienta
Para la salsa:
Cuatro tomates
Dos dientes de ajo
Media cebolla
- Empezamos por las preparaciones. Cortamos los tomates en gajos. Lo ideal es pelarlos, pero a mí me gusta la piel por lo que podéis dejarla si queréis. Si lo que buscáis es una salsa sin grumos de ningún tipo lo mejor es pelarlo.
- Cortamos las dos mitades de las cebollas en trocitos pequeños.
- Pelamos el ajo y lo picamos bien.
- Lavamos y cortamos bien el brócoli, eliminando la mayor parte de los tallos, la parte más dura.
- Partimos el calabacín en tacos.
- Partimos el pimiento en trocitos pequeños.
- Partimos por la mitad los tomates cherry.
- Comenzamos calentando agua abundante en una cacerola. Recuerdo que no es necesario echar aceite en la cacerola con el fin de que no se pegue la pasta. Lo importante es que haya agua abundante.
- Cuando este a punto de hervir añadimos la pasta y dejamos cocer a fuego medio-alto durante 10 minutos.
- Añadimos un poco de sal al agua.
- Mientras, en una sartén amplia ponemos un chorrito de aceite y dejamos que se caliente a fuego medio alto.
- Añadimos la mitad de la cebolla y el ajo. Dejamos que se doren.
- Cuando estén ligeramente dorados añadimos los tomates partidos. Dejamos que se cocinen bien durante cuatro o cinco minutos. Tapamos.
- Pasado ese tiempo los vamos aplastando con un tenedor hasta que se quede una salsa bastante líquida de tomate. Si no hemos quitado la piel veremos algunos grumos. Podemos quitarlos si queremos en este momento.
- Dejamos que se haga bien durante cinco minutos más y reservamos.
- Para las verduras yo he utilizado el wok, pero podéis utilizar una sartén amplia. Echamos un chorrito de aceite y calentamos a fuego medio-alto.
- Añadimos la cebolla y dejamos que se dore bien.
- Cuando esté dorada añadimos todas las verduras. Dejamos que se hagan bien, con paciencia.
- Añadimos la sal y la pimienta.
- Cuando veamos que tenemos las verduras en su punto añadimos el jengibre y la miel y revolvemos todo bien para que se integre a la perfección. Dejamos que las verduras acaben de soltar todos los líquidos.
- Escurrimos la pasta.
- Mezclamos la pasta con la salsa de tomate hasta que esté todo bien integrado.
- Añadimos las verduras y mezclamos bien para que la pasta gane sabor.
- Servimos en caliente.
¡A disfrutar!
- Si hacemos la pasta con bastante tiempo de antelación, es mejor escurrir la mitad para que no siga cociéndose y se nos quede muy blanda pero que a su vez no se quede seca. De vez en cuando revolvemos para hidratarla bien.
- Recuerdo que no es necesario echar aceite en la cacerola con el fin de que no se pegue la pasta. Lo importante es que haya agua abundante.
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