Hace un par de semanas, estaba pensando que tenía pocas salsa propiamente dichas en mi blog, así que mientras escuchaba música en el salón, recordé que a Carmen le gusta mucho la Harissa y todos los picantes en general, así que decidí empezar a bucear por internet y ver como se hacía.
Vi muchas recetas, con vinagre, con pan frito, concentrados de tomate, etc Yo adoro Marruecos, he viajado por trabajo innumerables veces, me he mezclado con sus gentes, he comido en tascas inmundas donde a un occidental no se le ocurre entrar en medio de la montaña, con mi Fernandito, y con mi Calvo. Esas recetas, no me recordaban a mí al Marruecos que yo conocía, ni a sus aromas, ni sus sabores, ni sus olores, ni colores, que son al fin y al cabo nuestros recuerdos. Seguí mirando y encontré un par de ellas o tres que si me transportaron a esas tierras, a tener otra vez esas sensaciones en mi cabeza. Así que después de darles vueltas, di con mi versión de la Harissa.
Esta salsa es de origen Magrebí, muy típica en Marruecos, Túnez, el Líbano. A base de pimientos, chiles, y una especia que me costó encontrarla y tuve que pedirla en una tienda online, que es la Alcaravea. Tiene un aroma que se asemeja a los granos de anís, pero si estos fueran salados. Deliciosa. Supongo que en barrios donde vivan Marroquís y tengan tiendas de este origen, será más fácil encontrarlas, pero en Sevilla, ir a la Macarena desde Camas y aparcar, que es la única manera factible de ir, es casi un infierno, así que opté por comprarla por internet. Bueno, ya está bien, al grano.
- 5 pimientos cristal secos en remojo con agua templada. Un par de horas. Yo preferí no triturar la piel y saqué la pulpa con una cucharilla.
- 1 pimiento rojo asado, que no sea muy grande. Se asan como siempre, 7 u 8 minutos por cada lado en una plancha de hierro gruesa. También se pueden hacer al horno. Allá la conciencia de cada uno. Yo adoro que mi casa huela a pimientos asados.
- 1 cucharadita de cilantro molido
- 1 ½ cucharadita de alcaravea
- 1 cucharada de pimentón dulce
- 1 ½ cayena, pero si os gusta potente, potente, dos o tres. Cayenas grandes, no las enanitas del mercadona
- 2 dientes de ajo
- 1 chile verde
- 1 cucharada de cominos
- Zumo de un limón, también depende del tamaño de limón
- Sal y pimienta al gusto
- Aceite de oliva virgen extra, al gusto, hasta que emulsione.
Quitamos la pulpa de los pimientos cristal con una cucharilla, y lo ponemos en un vaso de batidora. El pimiento asado, una vez asado lo ponemos en un cuenco y lo tapamos con un trapo durante ½ hora para poderlos pelar bien. Lo pelamos, eliminamos las pepitas y al vaso.
Añadimos las especias, los ajos, y el limón. Para empezar a triturar, podemos añadir una cucharada del agua de haber remojado los pimientos secos. Trituramos y vamos añadiendo el aceite en un hilillo. Probamos, con un trozo de pan o un pico y con un vaso de Vino Tinto al lado para enjuagarnos la boca y que no se nos alicate con el sabor tan potente de la salsa. Cuando veamos que está a nuestro gusto, dejamos de rectificar de sal, pimienta, limón, ajos, etc, porque el sabor de estos depende de lo frescos, secos, variedad etc. Así que siempre es todo muy orientativo.
No se, creo que ha quedado bonita la receta. Metí la salsa en tarritos y los puse cerrados en un perol con agua caliente, que los cubriera. 20 minutos hirviendo. Los saqué y los coloqué boca abajo y nada, tengo Harissa para consumir y poder regalar a la gente especial. Señoras y señores, besos, a todas, a todos, a.., besos, o si prefieren como decía mi queridísimo Rosendo Mercado, “salud y buenos alimentos”