No estoy muy de acuerdo
Aprendes cuando sales al mundo sin nada en las manos para defenderte
Niña consentida. Eso es lo que fui
Nunca me negaron nada. Todo les parecía poco para mi. No hacía falta que abriera la boca y ya lo tenía
Todo lo material que pudiera imaginarme
Nadie me enseñó a ser paciente, a trabajar y a luchar por las cosas importantes
Nadie me dijo que con un berrinche no se sacaban buenas notas, ni que con una lagrimita no se conseguía un buen trabajo, o un trabajo a secas
Pensaba que mis padres me lo darían todo, siempre
Lo que no sabía es que mis padres se irían pronto
Me quedé sin nada
Sin estudios, sin dinero y sin nadie que me protegiera del mundo
Y el mundo es un lugar frío, solitario y feroz, cuando no tienes nada para afrontarlo
Lo de casarme pronto tampoco resultó. Ese no iba a ser el camino para conseguir cosas
Todo lo contrario
Fue la primera vez que descubrí que no todo el mundo es bueno. Que no todo el mundo te quiere sin más
Con mis padres desapareció el lugar protector y cálido en el que había estado arropada
Mi marido, un error. O según se mire, una sacudida
Me costó darme cuenta que yo era la única que podía conseguir lo necesario para poder vivir
A partir de ese momento, ya no volvería a pedir, a suplicar, a exigir. Todas esas palabras y gestos desaparecieron de mi vida, tal y como habían desaparecido mis padres
Con lágrimas y miedo, mucho miedo
Con veinte años tuve que aprender lo que ellos hubieran tenido que enseñarme. Me costó veinte mil veces más que a muchos
Ahora que ya soy abuela, veo que mis hijos están cometiendo los mismos errores que mis padres cometieron conmigo
Aquellos errores que tanto empeño puse en no cometer con mis hijos
Me decía tantas veces que era una mala madre. Que estaba haciendo a mis hijos infelices con prohibiciones, normas, palabras
Me arrepentía tantas veces de la educación que les estaba dando
Pero no desfallecí
Y llegado el momento, los lancé al mundo orgullosa, sabiendo que en sus manos había puesto todas las armas de defensa posibles
Y ahora mis nietos se están convirtiendo en niños caprichosos, plañideros y que solo saben pedir y exigir
Yo supe enmendar mis errores, pero el destino es juguetón y cruel
Y la vida pondrá a estos niños en su sitio cuando llegue el momento
Solo espero que sepan construir sus propias armas, las necesitarán
PD Cuento inspirado por Esperanza Guerra Sánchez
INGREDIENTES
2 láminas de hojaldre
7 peras pequeñas
30 g de mantequilla
50 g de azúcar
1 pizca de canela
1 huevo batido
80 g de mermelada de albaricoque
ELABORACIÓN
Pelar y descorazonar las peras
En un cazo derretir la mantequilla
Añadir las peras cortadas a dados
Remover para impregnar bien de mantequilla
Añadir el azúcar
Remover
Cocer hasta que la pera esté tierna y se caramelicen
Retirar del fuego
Añadir la canela
Remover
Dejar escurriendo en un colador hasta que se enfríen
Cortar las dos láminas de hojaldre a la medida de la cubeta
Pintar una lámina de hojaldre con el huevo batido
Solo el borde
Colocar en el centro la pera
Colocar encima la otra lámina de hojaldre
Hacer un reborde todo alrededor con los dedos y con un tenedor
Pintar toda la superficie con huevo
Reservar en la nevera durante 30
Sacar y volver a pintar con huevo
Con un cuchillo marcar como una reja
Pinchar el centro del hojaldre en el medio como una chimenea, colocar un trozo de papel horno como si fuera un tubo para que salga el aire y así la masa no se hinchará (como me ha pasado a mi...)
Menú Horno 40 válvula + tapa abierta (ver aquí el Vídeo explicativo)
Pasado el tiempo de horno, colocar la Tapa Horno hasta dorar al gusto
Dejar enfriar encima de la rejilla
Calentar la mermelada con una cucharada de agua hasta derretir
Colar el resultado
Pintar el hojaldre con este almíbar
Receta adaptada de la colección Le Cordon Bleu. Recetas caseras: Tartas y otros dulces Ed.Konemann