Ella lo sabía más que nadie
Cuando eres pequeña no lo entiendes pero creces con ello, en casa es lo normal
En la adolescencia, han acabado con tu rebeldía antes siquiera de que puedas saber qué es eso
Tratas de huir con el primer hombre que crees que eres tímida por naturaleza y que tiene un simple gesto de cariño como cogerte de la mano
Tu primer hijo nace antes de que sepas qué es ser niña
Te aferras a ese muñeco como un salvavidas, crees que por fin has dejado atrás tantas cosas oscuras
Con 16 años crees que por fin todo irá bien
Eres madre, nada malo puede volver a ocurrir
Has conseguido salir de la oscuridad: violencia, gritos, miedo
Sigues teniendo miedo, pero ya no es ese miedo que vivía instalado dentro de ti desde que tenías uso de razón
Ahora es miedo a no saber vivir con un marido y un hijo, nadie te enseñó a dar
Con tu hijo aprendes que es fácil, es dejarse llevar, dejar salir toda esa ternura y ese amor que han vivido siempre dentro de ti pero que nunca han visto la luz
Con tu marido...todo va bien durante unos meses
Entonces tu marido se da cuenta que nunca fuiste nadie, que siempre opina él, que siempre decide él, que manda él
No te ve como a un igual
Te ve como un estorbo, una inútil, una incapaz
Tan joven como tú, le supera la situación más que a ti
Entra, sale, quiere dormir, el niño llora, tú no lo sabes hacer callar, la comida no le gusta, le falta sal, no hay dinero para disfrutar
La primera paliza casi no te sorprende, te deja sin palabras, pero no te sorprende, alguno puede pensar incluso que la esperabas, que la buscabas
Y la ternura y el amor vuelven a esconderse. Vuelve el miedo, aunque nunca se fue
Tú objetivo, pase lo que pase, es que tu hijo no sufra. Aunque en el fondo sabes que se da cuenta de todo
El daño físico es el de menos porque siempre hay una excusa
En cuanto al daño emocional, ese no lo perdonarás nunca
No perdonarás a los adultos, no perdonarás a quién no te salvó, no perdonarás a quien no hizo nada, a quién calló
Y no te perdonarás nunca a ti misma
Y tú no puedes hablar. ¿Acaso no hablan por ti tus ojos? ¿No hablaban por ti tus ojos?
Abuelos, profesores, amigos si es que los tuvo, padres de amigos, vecinos, policías
¿Ahora quieren que hables tú? ¿Ahora que no debes hablar? ¿Ahora que debes callar más que nunca por tu hijo?
Tienes 30 años, un trabajo precario y a tu hijo
Hoy decides ir a la peluquería con el único dinero que tu marido no te fiscaliza: tus propinas
Seis meses han pasado desde la última vez
El dinero que consigue sisar es para que su hijo no se sienta diferente al resto de niños: unas zapatillas deportivas, un vídeo juego
Él ya es diferente, ella lo sabe. Intenta atenuar esa diferencia
Pero acabas de entrar en la peluquería y aún te resuenan en la cabeza la voz de tu hijo: mamá, por favor
Solo tres palabras, pero se le han clavado en el alma: mamá, por favor
No ha necesitado decir más, ella sabe lo que significan
Después de seis meses entras en la peluquería y con las palabras resonando en tu cabeza te sientas
Pides que te corten el pelo: bien cortito, por favor, claro que si cariño, llega el verano, estarás más fresquita, a mi marido le gusta largo pero...
Tú no sigues hablando, la peluquera deja de sonreír un segundo y empieza a prepararte, vuelve la sonrisa a su cara, triste, le has hecho estar triste. Porque ella como todos saben
Abres la puerta de la peluquería y cuando el aire te da en la cara y ya no sientes tu melena, y sientes que el aire te da solamente en la cara, en ese preciso instante, sabes
Sabes que hoy tu vida cambiará
PD Cuento dedicado a mi niña dulce/destroyer Annita Mesas
INGREDIENTES
2 yogures griegos
2 medidas del vaso de yogur de harina
4 medidas del vaso de yogur de leche
1 medida y media del vaso de yogur de azúcar
Medio sobre de levadura
3 huevos
75 g de mantequilla
ELABORACIÓN
Preparar la cubeta
Pulverizar con spray para desmoldar el fondo y las paredes de la cubeta
Forrar la cubeta con un círculo de papel horno
Batir el azúcar, los huevos y la leche
Añadir los yogures
Batir
Añadir la harina y la levadura
Batir bien hasta integrar por completo
Derretir la mantequilla
Añadir a la mezcla anterior
Verter la masa líquida en la cubeta
Menú Horno 40 minutos + válvula y tapa abierta (cerrar la tapa e ir abriendo poco a poco hasta que aparezca el pitorro metálico de la tapa)
Pasado el tiempo, retirar la cubeta de la olla
Dejar enfriar por completo dentro de la cubeta
Espolvorear con azúcar glas
Receta adaptada de Mundo Recetas by Sienn