Sabes a qué atenerte cuando llega un cumpleaños, un aniversario, papá noël, reyes
Vamos, que sabes que ningún día es bueno para que se presente con un detallito, con un regalo en toda regla ya ni se habla
Los primeros años él se disculpa, sale corriendo a por unas flores, que no compensan la afrenta que supone para ti que se haya olvidado de una fecha tan importante
Con veinticinco años a la espalda, te importa bien poco
Así que la primera reacción cuando te dice que cojas cuatro cosas, que vais a pasar el fin de semana más romántico que puedas imaginar, que te lo mereces, se te ponen los pelos como escarpias
Más que nada porque él jamás ha planificado ninguno de los pocos viajes que habéis hecho y por la poca imaginación que tiene
Como lo ves emocionado y eso es decir mucho, te dejas llevar con las uñas clavadas en los muslos, no crees que eso pueda acabar bien
Hace un día soleado precioso
Os estáis acercando a la costa. Piensas que al menos una buena paella con un buen vino caerán. Tú, a estas alturas, te conformas con bien poco
Cuando te planta delante de un barco y te dice que es un velero, ya lo miras de otra manera, te relajar un poco y decides disfrutar
Esta vez, te va a dar una buena sorpresa
El barco es precioso y piensas pasar una jornada estupendísima tumbada al sol, comiendo y bebiendo con tu marido
Ni se te ocurra preguntar cuánto os va a costar la broma, que luego dice que eres una tacaña. Ya tendrás tiempo de averiguarlo
Subís a bordo y te das cuenta que algo falla cuando ves que estáis solos
Él todo energía, no para quieto de un lado a otro. Tú no quieres romper la magia y no dices nada. Las uñas vuelven a clavarse en los muslos
Para acabar de horrorizarte, el barco se aleja del puerto y se adentra en mar abierto
Ahí, ya repites su nombre muy seguido "Paco, Paco, Paco". Paco sonríe
Compruebas que llevas tu teléfono móvil, que tiene batería y cobertura. Bien
Te mareas un poco
A pesar de no querer, escuchas a tu marido y resulta que es verdad que se sacó el título de patrón de barco. Eso te pasa por no escucharlo a menudo
Cuando dice que vais a pasar todo el fin de semana en ese barco, solos, el mareo aumenta un poco más y las náuseas suben por tu garganta
En el único crucero que hicisteis jamás te mareaste
Eso debe ser por la poca confianza que le tienes
Hace un día soleado precioso
Buscas un lugar donde tumbarte un ratito al sol. Tu marido ya se apañará solo
El primer vaivén te pilla durmiendo. Con lo bien que estabas ahora
Abres los ojos y te parece que ya es de noche. Pero no. Sobre tu cabeza tienes un manto de nubes muy feas. ¡Ya lo sabías, vaya si lo sabías!
El mareo vuelve y tienes que salir corriendo al lavabo. Diez minutos son necesarios para aplacar un mínimo los retortijones
Entre el mareo, las náuseas y la diarrea, estás hecha un cuadro
Parece que lleváis todo el día en el barco, pero no han pasado ni dos horas desde su salida del puerto
¡Madre mía!
Te reúnes con su "gallardo" marido y lo encuentras leyendo un libro, maldiciendo y ya no parece tan entusiasmado
"¡Me he quedado en blanco!"
No puedes creer lo que estás oyendo. ¿Qué se ha quedado en blanco? ¿En blanco sobre qué?
No, no, no, no, mejor que no te lo diga
Tienes que volver a salir corriendo. Te cuesta llegar y no es por el mareo. El barco se mueve demasiado
Si creías que lo peor iba a ser lo estrecho del cubículo, te equivocabas. El olor es nauseabundo y el váter está embozado
En ese momento, es cuando tiene la primera certeza sobre vuestro ahogamiento. Os vais a ahogar el día de vuestro aniversario de plata
Tu marido sigue pasando páginas de aquel manual y parece que no se ha tranquilizado para nada
"El lavabo está embozado y tengo diarrea" No encuentras otra manera de decírselo
"¡Pues en el agua!"
"¿En el agua? ¿Qué quieres decir?"
"¿Tú qué crees?"
A estas alturas del día ya has dejado de creer en todo, aunque esa misma mañana casi hubieras recuperado la esperanza
Parece ser que no se ha dado cuenta de cómo está el "agua" en esos momentos y no serás tú la que lo distraigas de lo que sea que esté haciendo
Llevas dos semana sin salir de casa
Os rescató una patrulla costera
No quieres ni oír hablar de cuánto os costará la bromita
Aunque a ti no te lo parece, tu marido le cae bien a todo el mundo y además gracioso, por eso ha ido contando vuestra odisea a todo el que la quisiera escuchar y a quien no, también
A ti te encontraron en un rincón, en cuclillas, con los brazos en cruz y agarrada donde podías. Pensaron que intentabas protegerte de las olas, de los vaivenes, hasta que vieron tus pantalones por los tobillos
Estabas haciéndole caso a tu marido. Le hacías caso a medias, porque si le hubieras hecho caso y hubieras sacado el pompis por la borda, ahora no estarías encerrada en casa escondiéndote de las burlas de todo un barrio, sino en el fondo del mar
Tu marido se ha apuntado a unas clases extras de navegación, dice que hay conceptos que no le habían quedado demasiado claros, que necesitas repasarlos
Tú, estás buscando un bufete de abogado que trabaje hasta altas horas de la noche. Aún no estás preparada para encontrarte con vecinos o conocidos
Tardarás un mes o un año, pero lo tienes claro: no piensas pasar ni año más con ese hombre
Nota: Relato dedicado a Antonia Morente
INGREDIENTES
6 filetes de escalopines de ternera
200 g de champiñones
1 cebolla
100 ml de vino blanco
200 ml de nata (crema de leche) para cocinar
1 cucharada de mostaza
2 cucharadas de tomate frito
2 cucharadas de mantequilla
Aceite
Sal
Pimienta
ELABORACIÓN
Lavar, pelar y laminar los champiñones
Cortar la cebolla en juliana
En la cubeta poner aceite
Menú Freír
Cuando el aceite esté caliente sellar los filetes
Retirar y reservar
Retirar el aceite
Añadir 1 cucharada de aceite y la mantequilla
Cuando la mantequilla se derrita, sofreír la cebolla
Añadir los champiñones
Cocinar hasta que reduzcan el tamaño
Añadir el vino
Dejar evaporar el alcohol
Añadir la nata (crema de leche), la mostaza y el tomate
Remover
Cocinar 1-2
Salpimentar
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Receta adaptada de Valkicocina