No sé quién es el autor de la frase "todo aquello por lo que vale la pena vivir, o es pecado o engorda", pero seguro que cuando la dijo no estaba tan de moda el colesterol como ahora, porque si no hubiera añadido "y además sube el colesterol." En fin, que todo esto viene a cuento porque la receta que hoy os propongo no sólo engorda y seguramente sube el colesterol, sino que además está tan buena que seguro, seguro, que es pecado. Pero la vida es un ratito y no hay que negarse nada, como sabiamente dice mi admirada Clara de Los antojos de Clara, un estupendo blog que os invito a visitar y a deleitaros con él. Así que vamos a olvidar penas y a darnos un fastuoso capricho con estas judías blancas preparadas al más tradicional estilo, incluso guisadas en olla a fuego lento, nada de ollas rápidas o exprés. (Digresión sobre ese acto aparentemente irracional que se llama ?asustar? a las judías, y que consiste en romper el primer hervor con agua fría. La razón es, según parece, para evitar que la piel se rompa. Según los expertos el número de veces que hay que asustar a las judías depende de lo secas que estén, es decir de la antiguas que sean. A más vejez más veces hay que cortar el hervor: hasta tres veces en los casos más extremos . En todo caso, y teniendo eso en cuenta, decida usted mismo el número de sustos que dará a sus judías.) Y ahora, a disfrutarlas, que vale la pena.
Ingredientes para cuatro personas
500 gr de judías blancas
100 gr de chorizo ibérico de calidad
100 gr de panceta ahumada
Una cebolla
Una patata grandecita
Dos dientes de ajo
Dos hojas de laurel
Aceite de oliva
Sal
Ponemos las judías en remojo la noche de antes, y cuando vayamos a prepararlas las escurrimos bien y las lavamos al chorro del grifo. Dejamos que escurran.
En una olla con un chorro de aceite de oliva ponemos los ajos pelados pero enteros, la cebolla troceada en octavos y las judías. Cubrimos con agua y cuando comiencen a hervir añadimos un poco de agua fría para romper el hervor. (Ver cometario en el preámbulo de la receta.)
Bajamos el fuego a potencia media y dejamos que se hagan hasta que estén tiernas, lo que dependerá de la calidad de las judías, sobre todo. Calcule una hora y media, más o menos. (Vigile, y si es necesario añada algo de agua a lo largo de la cocción.)
Cuando falte una media hora, añadimos el chorizo cortado en trozos, la panceta también troceada, la patata pelada y así mismo en trozos y las hojas de laurel. Salamos ahora con cuidado, el chorizo suele llevar bastante sal.
Dejamos que acabe de cocerse y cuando ya estén tiernas, comprobamos de sal, apagamos el fuego y dejamos reposar unos minutos antes de servir. (Se puede engordar un poco el caldo, si ha quedado muy claro, triturando con un tenedor un par de cucharadas de judias, agregándolas a la olla y dejando que de un hervor.)