Recuerdo la primera vez que fui a Italia: comía y cenaba siempre lasaña!!! ¡Qué tiempos aquéllos!
La versión que hoy os traigo es sin gluten y sin lactosa!! y, además, súper ligera!!!
Seguramente os llame la atención la salsa bechamel! Tiene su explicación: tengo una obsesión con esta salsa y, cuanto más liquida, mejor!!!
Pero, obviamente, vosotros podréis adaptarlo a lo que más os guste!
Ingredientes:
Para la bechamel:
400 ml de leche
2 cucharadas soperas de maicena (3 si os gusta más espesa)
Nuez moscada
Sal y pimienta
Para la lasaña:
6 placas de lasaña sin gluten
250 gr de bonito del norte en aceite de oliva
2 cucharadas soperas de salsa de tomate
Elaboración:
Para la bechamel:
En primer lugar, calentamos mitad de la leche a fuego lento en una olla. Por otro lado, en un bol disolvemos la maicena en la otra mitad de leche, hasta que no veamos ningún grumo.
Añadimos esta mezcla a la leche templada, subimos el fuego y, sin dejar de remover, cocemos hasta que hierva y espese (a vuestro gusto). Echamos la nuez moscada, sal y pimienta.
Tapamos con papel film pegado a la superficie de la bechamel para que no quede corteza!
Para la lasaña:
Cocemos las placas de lasaña siguiendo las instrucciones del fabricante.
Mientras, mezclamos el atún con la salsa de tomate y una cucharada de nuestra bechamel.
Cuando la pasta esté lista, montamos nuestras lasañas: placa de lasaña, mezcla de atún y bechamel. Así tres veces por cada plato. Al final, añadimos más bechamel y cualquier topping que os apetezca!!! (a mí me encanta ponerle cebolla crocanti!)
Espero que os guste!!!!