Después de un largo tiempo si aparecer por mi blog, vuelvo con estas deliciosas y sencillas lenguas de gato. Y digo deliciosas porque salen la verdad muy pero que muy buenas, en casa no duraron nada... Esta receta es también ideal para aprovechar las claras sobrantes de otras recetas que solo necesitan yemas, como por ejemplo la crema inglesa que por cierto acompaña muy bien estas pastas.
- 3 claras de huevo (M)
- 70 gr de azúcar glás
- 2 sobres de azúcar vainillado (16gr)
- 100 gr de harina
- 100 gr de mantequilla (NO sirve la margarina)
- 6 cucharadas soperas de nata (crema de leche) líquida (33% M.G)
Usaremos preferiblemente una manga pastelera. No se necesita batidora.
En un bol ponemos los 100 gr de mantequilla y lo metemos unos segundo al micro ondas para que coja un punto de pomada pero sin que llegue a derretirse del todo. Batimos con unas varillas a mano e incorporamos el azúcar glás y los dos sobres de azúcar vainillado.
Cuando esté todo bien integrado vamos añadiendo la harina tamizada muy poco a poco sin dejar de remover. La pasta se irá haciendo cada vez más espesa y será necesario cambiar las varillas por la cuchara de palo.
Echamos las tres claras una a una removiendo bien entre una y otra y al final añadimos la nata (crema de leche).
Nos quedará una crema suave y espesita. La dejamos reposar una hora en la nevera para que vaya cogiendo consistencia.
Después de ese tiempo, rellenamos una manga pastelera de boquilla ancha con la masa. Para ello nos podemos ayudar de un vaso alto como en la foto. Si no queremos usar la manga, podemos hacer montoncitos redondos con una cucharilla, las galletas tendrán forma redonda y no alargada.
Cubrimos la bandeja del horno con papel vegetal y vamos haciendo "churros" de unos 6 cm de largo. Habrá que dejar espacio suficiente entre unos y otros, ya que al calentarse la crema se expande por los lados.
Metemos en el horno precalentado durante unos 10 o 12 minutos a 170ºC. Cuando vemos que los bordes empiezan a dorarse retiramos del horno.
* Cuando salen del horno están muy blanditas pero a los poco minutos se van endureciendo y quedan crujientes.