Hace tiempo eleboré una mermelada de calabacines que me sorprendió gratamente, pues tanto el sabor como su color y textura quedaron de mi gusto. Anteriormente, había publicado una mermelada de berenjenas que se hizo muy frecuente en casa, pues es un verdadero manjar.
La combinación estaba servida, con unos cambios en la forma de hacerla y uniendo los ingredientes, el resultado fue óptimo.
Para la elaboración de la primera mermelada de calabacines, tomé como referencia haciendo algunos cambios, la que nuestra amiga Marisa G. publicó en Thermofán ( mermelada ácida de calabacines,) y donde nos sugería la utilización del calabacín negro. La curiosidad pudo conmigo, me preguntaba cómo quedaría utilizando calabacín negro en vez de blanco. No lo dudé, eliminé el agar-agar pues poniendo berenjena no hace falta. Además, quité toda la piel pues es dura, a diferencia del blanco.
La mermelada de calabacín negro y berenjena es ideal para acompañar quesos, patés y carnes; no os privéis de probarla en una tostada y los más atrevidos meterán la cuchara.
INGREDIENTES
500 g. de calabacín negro ( pesado sin semillas y sin piel)
450 g. de berenjena ( sin piel)
1 limón sin pepitas, piel ni parte blanca
500 g. de azúcar
1 cucharadita rasa de jengibre molido.
PREPARACIÓN
Pon el azúcar y el limón en el vaso y progrma velocidad 5, 5 segundos. Añade las berenjenas y calabacines troceados.
Programa velocidad 5, velocidad progresiva 5-10. Pon la cucharadita de jengibre, remueve con la paleta y programa velocidad 1, 30 minutos, temperatura varoma.
Comprueba la textura, si la quieres más pasada, espera a que baje la temperatura y programa velocidad 5-10 unos segundos más hasta que sea de tu agrado.