España es un país al que el desarrollo llegó tarde, quedándose anquilosado en una economía de subsistencia donde el sector primario preponderaba.
Alrededor de la mitología pastoril, surgieron algunos platillos reseñables, como las migas, también conocidas a veces como migas ruleras, migas del pastor o migas de gañán.
Han trascendido al imaginario popular como un plato eminentemente manchego, aunque también podemos encontrarlas en Extremadura.
Asimismo, Andalucía presume de un plato de migas un tanto peculiar que suele guarnecer al delicioso pescaito frito. Estas, en vez de prepararse con pan, se realizan con harina, cocinándose en una buena cantidad de aceite hasta que quedan sueltan, perfectamente hechas y suaves.
No obstante, nosotros estamos aquí para llevar a cabo las típicas migas manchegas, las cuales para muchos son las mejores de toda España, sin desmerecer, por supuesto, a las andaluzas.
Se elaboran a base de un buen pan de hogaza sentado, ajos, chorizo, panceta y otras añadiduras.
Rastrear los orígenes de este plato resulta complejo, siendo para muchos un legado directo de los pastores de ganado, incansables trabajadores que requerían de platos contundentes para recargar energías. Si buceamos más profundo, nos topamos con referencias en el antiguo Imperio Romano, periodo que comienza a atestiguar la predilección del hombre por los platos a base de pan.
Más tarde, en Al - Ándalus, los musulmanes llevan a cabo el tharid, plato con el que muchas veces se identifica al profeta Mahoma. Los gastrónomos que gustan de indagar en los archivos históricos, afirman que probablemente sea el precursor de las migas tal y como las conocemos hoy.
Cómo hacer migas en Thermomix
La concepción actual del plato mama directamente del siglo XIX, cuando los ganaderos trashumantes de Castilla - La Mancha comenzaron a popularizarlo, acompañándolas en ocasiones con uvas.
Al tratarse de un plato con fuerte raíces populares, las interpretaciones son miles. A pesar de todo, existen una serie de directrices que aseguran un resultado más que satisfactorio.
Pese a la humildad de sus ingredientes, no debemos descuidar la calidad de los mismos, especialmente la del protagonista; el pan. Tomaremos una hogaza de pan de pueblo, y la dejaremos guardada en una bolsa de tela por al menos 6 días, lo que asegurará que queda suficientemente sentado.
Ingredientes:
Pan de hogaza 600 g.
Agua mineral 60 g.
Aceite de oliva virgen extra 100 g.
Ajos 8 unidades
Pimentón de Murcia 1 cucharada
Chorizo fresco 2 unidades
Panceta fresca 200 g.
Pimiento verde italiano 2 unidades
Huevos 4 unidades
Sal
Elaboración:
Hay quien opta por trocear el pan en la Thermomix, corriendo, en mi opinión, un riesgo innecesario. Por muy bien sentado que está el pan, es posible que este se acabe desmigando en exceso si le confiamos la tarea a sus cuchillas. Personalmente, prefiero cortarlo manualmente con un cuchillo de sierra bien afilado. En caso de que queramos hacerlo en el robot, programaremos 10 segundos a velocidad 6. El tamaño mejor pequeño, de 1 cm. de lado.
Reservaremos en un bol amplio y mojaremos con el agua, repartiéndola de manera equitativa hasta humedecer todo el pan. Entretanto, con el vaso limpio, añadiremos los ajos junto al aceite de oliva, sofriéndolos a 120º duranta aproximadamente 6 minutos, o hasta que estén dorados, con giro inverso y velocidad cuchara. A continuación, cortaremos el chorizo en rodajas.
Seguidamente, cortaremos la panceta y el pimiento en tiras, introduciremos todo en el vaso. Programaremos 5 minutos, a una temperatura de 120º, con giro inverso a velocidad cuchara. Valiéndonos de una cuchara, rescataremos los tropezones de chorizo, pimiento, ajo y panceta, apartándolos en un plato, conservando en el vaso únicamente el aceite y la grasa de las carnes.
Colocaremos la mariposa y agregaremos el pimentón. Si puede ser murciano mejor. En esta ocasión he optado por este pimentón, y no el archiconocido pimentón de la Vera, porque el sabor ahumado de este último es demasiado acaparador. Sazonaremos y traspasaremos las migas al interior del vaso. Programaremos 18 minutos a 120º a velocidad 2. Paciencia, las migas necesita de movimiento.
Uno de los fallos principales que comete la gente a la hora de preparar las migas, es la de apresurarse en su cocinado. Las migas necesita sudar tiempo en el recipiente de cocinado, lo que les procurará una textura muy suave, haciéndose más digeribles. Finalmente, volveremos a incorporar las carnes, el pimiento y el ajo dándole 3 minutos más a 120º y velocidad 1.
Como sugerencia de presentación, os propongo apartar las migas en un cuenco de barro y coronar con un huevo frito. Por extraño que parezca, las uvas combinan fantásticamente con las migas. Las variables a tener en cuenta para unas migas de quitarse el sombrero son: la calidad del pan, la cantidad de aceite, así como el tiempo y esmero que pongamos en su rehogado.
¡Qué aproveche!
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