Ingredientes.
Para un par de raciones necesitaremos:
2 huevos.
50 g de vuestro chocolate favorito. Yo utilicé unas gotas de chocolate con caramelo.
¿Cómo hacemos esta mousse de chocolate tan sencilla?
Lo primero que tenemos que hacer es coger los huevos y separar las claras de las yemas. Es muy sencillo, basta con cascar el huevo e ir escurriendo la clara en otro recipiente (podéis ponerlo justo debajo de vuestras manos), dejando siempre la yema dentro del caparazón. Las yemas las echaremos a otro recipiente diferente del que están claras.
Batimos las claras a punto de nieve. Yo lo hago con unas varillas eléctricas y mi truco para saber que están perfectas es darle la vuelta al cuenco. Si no se resbalan es que están listas. Tened cuidado y esperad un poco a ver más o menos que están hechas. No le deis la vuelta al cuenco a la primera de cambio y se os vuelque todo (os lo digo porque yo casi cometo ese error una vez).
Derretimos el chocolate. Ya sabéis que hay varias formas de hacerlo: al microondas, al baño maría… a mi esta última es la que más me gusta. En el microondas es muy cómodo pero puede que nos pasemos y se queme.
Batimos las yemas con el chocolate derretido y las mezclamos bien.
Incorporamos las claras montadas a punto de nieve a la mezcla de yemas y chocolate. Cuidado porque esto tiene su técnica. Hay que coger una cuchara o una paleta e ir incorporando poco a poco las claras con movimientos envolventes hasta que esté todo bien mezclado.
Servimos la mezcla en unos tarros y lo dejamos enfriar unas 3-4 horas.
Y esto sería todo, ahora sólo queda disfrutarla :). Os animo a que la sirváis de postre en una cena o comida un poco más especial. Seguro que dejaréis sin palabras a vuestros invitados.
¡Un abrazo!