¡Qué poder tiene el chocolate! No conozco apenas personas a las que les guste y somos legión los que necesitamos comerlo a diario. En cuanto saboreamos el delicioso manjar de dioses, nuestro ánimo se eleva y nos reconciliamos con la vida, aunque sólo sea por unos instantes.
Hay muchísimas recetas de mousse de chocolate, aunque yo necesitaba una que no llevara nata (crema de leche) en su receta, pues mi cuñado Nacho no puede comer productos lácteos, natas y quesos.Este sencillo postre queda la mar de resultón y es un bocado exquisito. No necesita nada más que un paso previo de montaje de claras a punto de nieve y un enfriamiento prolongado para que la espuma se asiente. Es una fácil propuesta para los postres de verano, que hoy estrenamos, que a todos convence.
Para 4 personas (u 8 vasitos como los de la imagen):
4 huevos
200 g de chocolate negro para postres
2 cucharadas de azúcar glaçe
1 trocito de mantequilla
1 hoja de gelatina
1 pizca de sal
frutos rojos y chocolate blanco troceado para decorarSe pone en remojo la hoja de gelatina para que se hidrate.
Se derrite el chocolate con la nuez de mantequilla en el baño María o bien a poca potencia en el microondas. Se remueve bien para que quede liso.
Se escurre la hoja de gelatina y se añade al chocolate, removiendo bien para que se disuelva por completo. Se reserva el chocolate.
Se separan las claras de las yemas. En un bol se baten las yemas con 2 cucharadas de azúcar glaçe y se incorporan al chocolate, mezclando todo bien.
Se baten las 4 claras a punto de nieve con una pizca de sal hasta que queden duras. Se incorporan a la mezcla de chocolate y yemas, poco a poco y con movimientos envolventes para que no se bajen mucho.
Una vez incorporadas se vierte la crema espumosa sobre 8 vasitos y se pone en la nevera a enfriar durante 3 horas.
Se decora con frutos rojos y chocolate blanco troceado en pepitas.