La primera vez que probé esta tarta fue en un restaurante en Majadahonda, que es la ciudad donde yo vivo. En la carta de postres leí "Tarta de la leche" y me llamó la atención, así que la pedí y desde luego corroboré que el nombre la definía a la perfección porque estaba riquísima.
La siguiente vez la tomé en casa de mi querida amiga Mariana de The Cake Queen, en una cena que nos preparó, toda compuesta por productos de su tierra, de Venezuela y se confirmó lo que ya tenía claro desde que la probé por primera vez: no podía quedarme con las ganas de prepararla en casa.
El origen del pastel de tres leches no está muy claro y es que pasa lo de siempre: cuando un postre es tan rico como este pastel, todos quieren apuntarse el tanto de su autoría. La mayoría de los historiadores dicen que proviene de Nicaragua, otros dicen que su origen está en México, pero en lo que coinciden la mayoría es que esta receta se originó en algún lugar de América Latina.
Parece ser que una conocida compañía productora de leche enlatada, Nestlé, realizó una campaña promocional para aumentar sus ventas y potenció la elaboración de esta tarta. Esto puede haber sido hacia finales del siglo XIX o principios del XX, ya que la primera vez que estuvieron disponibles la leche condensada y la evaporada fue en las décadas de 1850 a 1870.
Los tres ingredientes principales para preparar el pastel o tarta de tres leches son, como su propio nombre indica, tres leches: la leche evaporada, la leche condensada y la crema de leche o nata (crema de leche) líquida. Éstas se combinan y con la mezcla se baña el bizcocho, que adquiere una textura húmeda sin ablandarse demasiado.
Bajo la denominación "tres leches" existen varios acabados, sabores y texturas. Suele acompañarse con merengue, espolvoreado con canela en polvo. También puede añadirse chocolate a la decoración y rellenarse con fruta natural, mousses de diferentes sabores, flan o nata montada (crema de leche).
Investigando, he descubierto que existe otra tarta muy similar, de chocolate, que se llama "el negro encamisado o negro en camisa" que consiste en un bizcocho de chocolate bañado con una crema inglesa ligera y que es típicamente venezolano. ¡Qué gracia me ha hecho el nombre! Me encanta descubrir todas estas cosas mientras investigo aquí y allá sobre algún postre que me gusta.
Y ya para rizar el rizo, también he descubierto que existen pasteles "cuatro leches" y "cinco leches". A los primeros se les agrega, dependiendo del lugar, dulce de leche o leche entera a la mezcla de las tres leches y a los segundos además, leche de coco que es muy abundante en América Central.
El pastel de tres leches es particularmente popular en Nicaragua, Venezuela, México, Cuba, Puerto Rico y Guatemala.
La receta es todo un clásico al que yo he incorporado las naranjas sanguinas que le dan un toque cítrico y fresco a la vez, y que espero que os guste.
Ingredientes
Para los bizcochos
110 gr. de harina para todo uso
1 y ½ cucharaditas de levadura
¼ cucharadita de sal
Ralladura de 2 naranjas
5 yemas de huevo
5 claras de huevo
170 gr. de azúcar + 55 gr. de azúcar
1 cucharadita de extracto de vainilla
80 ml de leche entera
Para el sirope tres leches
340 gr. de leche evaporada
395 gr. de leche condensada
65 ml. de nata (crema de leche) líquida
El zumo de 1 naranja sanguina
Para el frosting de vainilla
340 ml. de nata (crema de leche) líquida para montar 35% M.G.
2 cucharadas de azúcar
1 y ½ cucharaditas de extracto de vainilla
Para el caramelo de naranja sanguina y para decorar
El zumo de 2 naranjas sanguinas
4 cucharadas de azúcar
2 naranjas
Elaboración
Precalentamos el horno a 180º C y engrasamos 3 moldes desmontables de 16 cm.
En un recipiente tamizamos la harina, la levadura y la sal. Añadimos la ralladura y reservamos.
En el cuenco de una batidora eléctrica, batimos las yemas con los 170 gr. de azúcar a velocidad alta hasta que blanqueen. A continuación, añadimos la vainilla y la leche entera. Vertemos suavemente la mezcla de las yemas sobre la mezcla de harina y mezclamos hasta que la masa sea homogénea.
En el tazón de la batidora de pie añadimos las claras de huevo y las montamos a punto de nieve batiendo a velocidad alta hasta que se formen picos suaves. Añadimos el azúcar y bajamos un poco la velocidad y seguimos batiendo hasta que las claras estén firmes.
Añadimos las claras a punto de nieve en la masa y mezclamos con movimientos envolventes teniendo cuidado que no se bajen las claras. Dividimos la masa en tres partes y la vertemos en cada uno de los moldes.
Horneamos durante 25-30 minutos o hasta que al introducir un palillo en el centro del bizcocho, éste salga de limpio.
Dejamos que los bizcochos se enfríen por completo sobre una rejilla. Cuando los bizcochos están fríos los pinchamos con un tenedor.
En una taza medidora grande mezclamos la leche condensada, la leche evaporada, la nata (crema de leche) líquida y el zumo de naranja.
Vertemos poco a poco con ayuda de una cuchara la misma cantidad de mezcla de tres leches sobre cada uno de los bizcochos y dejamos que la vaya absorbiendo. A continuación refrigeramos durante una hora para que cojan cuerpo antes de montar el naked cake.
Mientras preparamos el frosting de vainilla para ello montamos la nata (crema de leche) con el azúcar y la vainilla con ayuda de una batidora de brazo, hasta que se formen picos duros.
Para montar el pastel, colocamos la primera capa de bizcocho sobre un plato o cake stand. Cubrimos con una capa de crema de vainilla y la extendemos. Con cuidado colocamos el siguiente bizcocho y cubrimos con otra capa de frosting. Al extenderlo sobresaldrá algo de crema por los lados, esto lo extenderemos cuando tengamos todas las capas del pastel colocadas. Por último ponemos el último bizcocho y una última capa de crema de vainilla. Refrigeramos.
Preparamos un jarabe o caramelo poniendo en un cazo el zumo de naranja sanguina con el azúcar. Llevamos a ebullición y bajamos el fuego. Dejamos hervir 10 minutos hasta que vaya espesando. Retiramos del fuego y dejamos que se enfríe.
En el momento de servir adornamos el naked cake con dos tipos de naranjas cortadas en segmentos y las bañamos con el caramelo.
Os va a encantar, os lo aseguro porque no he visto pastel más jugoso que este, además de tener una textura aterciopelada y un sabor delicioso.
Estoy deseando animarme e incorporar algún ingrediente más de los que os contaba antes, porque me imagino cómo tiene que estar esta tarta añadiéndole leche de coco y sólo de pensarlo se me hace la boca agua.
Ya me contaréis qué os parece la versión que os propongo. Siempre podéis prescindir de las naranjas si queréis el sabor tradicional de las tres leches.