Esta es una recreación de las natillas caseras de toda la vida, de la receta de mi abuela (pincha aquí), pero con el añadido refrescante del mango.
Si no te gusta el mango puedes hacerlas con melocotón o albaricoques maduros, aunque yo he cocido brevemente el mango para darle la textura de puré o compota.
El sabor que aporta el mango es sutil y muy fresco. Además, he aprovechado para estrenar la canela que compré en Marraquech y que tiene un puntito, creo, de jengibre. El resultado, con la hoja de hierbabuena, es muy novedoso y refrescante ¿Te animas a probarlas?
Para 8 vasitos:
4 yemas de huevo
1 taza de azúcar
1 L de leche
1 cucharada sopera de harina de maíz (Maizena)
1 corteza de limón
1 vaina de vainilla (o un poco de esancia de vainilla)
1 mango
un poco de agua
canela
hierbabuena
Se pone casi toda la leche a calentar con la cáscara de limón y la vaina de vainilla (o la esencia) junto con el azúcar. Así infusionamos la leche.
Se ponen las yemas en un bol, se baten y se mezclan con la cucharada de maizena. Se incorpora el resto de la leche,mezclando bien todo.
Se cuece el mango, pelado y troceado con una pizca de agua durante 5-6 minutos. Se escurre del agua sobrante y se pasa por la batidora eléctrica, hasta hacer un puré liso.
Se saca la leche del fuego, se retira la corteza de limón y se incorpora, poco a poco y removiendo, la mezcla de yemas y leche.
Se vuelve a poner al fuego, se va calentando, a fuego bajo, y removiendo a la vez para que no cuajen de golpe las yemas. Al cabo de unos minutos, cuando empiece a hervir, las natillas espesan.
Se retira del fuego y se vierte el puré de mango:
Se mezcla todo bien y se vierten las natillas en vasitos individuales. Se dejan enfriar y se espolvorean con canela.
Se sirven frías acompañadas con una hojita de hierbabuena.