Las natillas son parte de nuestra gastronomía, del imaginario gastronómico español. Una receta de siempre y cuyo origen, casi desconocido, se liga a la repostería típica de monasterios. Y solo hay que ver los ingredientes para darte cuenta de que tiene una razón lógica: ingredientes muy comunes y baratos. El regimen de austeridad y la falta de acceso a ingredientes de otra índole, hicieron que se desarrollara una repostería a base de ingredientes de origen animal (lácteos y huevos) que, con variaciones de cantidades, dieron lugar a muchas de las recetas que repetimos en nuestro día a día.
Las natillas de vainilla son las originales, las de siempre, las que nuestras madres y abuelas nos hacían en casa. Una receta con muy pocos ingredientes, austera, pero fabulosa que triunfa allá donde vaya. Además, es la base de muchas de las recetas que más nos gustan, como la tarta de la abuela, el goxua, la crema catalana...
Uno de los postres de siempre y que todavía no había compartido con vosotros: Natillas de Vainilla. ¡Un clásico que nunca falla que es perfecto en cualquier época del año! ¡Tenéis que probar la receta!
Os animo a que las hagáis en casa. Es el típico postre que sale siempre bien y con el que tus amigos y familiares disfrutarán de un fin de fiesta fantástico. Yo soy de los que las come con la galleta blandita... ¡No sé si sois de los míos! Os dejo la receta y espero que la practiquéis en casa y me contéis cómo os ha quedado. ¡Disfrutadla!
NATILLAS DE VAINILLA Dificultad: Fácil
Horneado: Sin horno
Tiempo: 30 mins (aprox)
Temporada: Sin temporada
Raciones: 4 personas
Etiquetas: Postre
Trotamundos: Europa
INGREDIENTES
Un litro de leche
Una cucharadita y media de vainilla en pasta
180 gr de azúcar
Cuatro yemas de huevo
25 gr de maicena
Cáscara de un limón
Una ramita de canela
CÓMO SE HACE- En un cuenco, ponemos el azúcar. Separamos las claras de los huevos y añadimos las yemas de huevo una a una. Batimos y mezclamos bien todos los ingredientes. Reservamos.
- En otro bol o vaso, disolvemos la maicena con dos cucharadas de leche fría. Reservamos.
- En una cacerola amplia, añadimos la leche restante, la cáscara de limón, la vainilla y la canela. Ponemos a fuego lento hasta que empiece a hervir. Dejamos que hierva durante 5 minutos, sin parar de revolver.
- Pasado este tiempo, añadimos el almidón diluido en leche y dejamos que comience a hervir. Dejamos que hierva durante 5 minutos más a fuego lento, revolviendo.
- Retiramos la piel de limón y la rama de canela.
- Añadimos el bol con la mezcla de yemas y azúcar y mezclamos bien, sin parar de revolver. Continuamos la cocción de forma muy lenta, a fuego muy suave, sin que llegue a hervir, hasta que su textura sea espesa. ¡No os paséis, que cuando se enfría coge cuerpo!
- Retiramos del fuego y dejamos que enfríe durante al menos minutos. Colocamos en los vasos, boles o recipientes donde vayamos a servir las natillas.
- Dejamos que se enfríen a temperatura ambiente. Colocamos una galleta encima (opcional) y metemos en la nevera al menos cuatro o cinco horas.
- Servimos en frío.
¡A disfrutar!
TRUCOS Y CONSEJOS Podemos añadir un chorrito de anís, le dará un toque fabuloso.
Recomiendo que utilicéis vainilla y canela de muy buena calidad, el resultado no será el mismo.
Es preferible que no utilicemos utensilios metálicos o le darán un ligero sabor metálico. Lo mejor es usar de silicona, ya que la madera absorbe muchos sabores que pueden contaminar nuestras natillas.
Si ponéis la galleta, es preferible que espere un día en la nevera, al día siguiente estará blandita.