Para la pasta fresca 2 raciones:
140 gramos de harina integral
90 gramos de remolacha cocida
20 ml de agua.
Preparación:
Hemos cocido por unos 40 minutos la remolacha con la piel, y una vez fría hemos pelado y troceado.
En una batidora potente hemos mezclado la remolacha con el agua y mezclado bien.
En un bol hemos echado la harina integral y la mezcla resultante de la remolacha y agua y con un tenedor hemos comenzado a mezclar hasta que se ha ido formando una masa migosa. En ese momento hemos procedido a amasar bien con las manos ( si tienes batidora especial para masas puedes hacerlo ahí) hasta obtener una masa lisa y suave.
Hemos dejado reposar una media hora cubierta con un paño de algodón y hemos ido preparando el relleno y la salsa.
Para el relleno:
Puede improvisar cualquier cosa, nosotros seguimos sin conseguir la levadura de cerveza ni la levadura nutricional por la zona donde vivimos así que no podemos hacer nuestro queso vegano, seguímos conformándonos con utilizar un tofu orgánico de consistencia cremosa al que adobamos con salsa pesto casera ( albahaca, aceite de oliva, un ajo, un puñado de piñones o cualquier otro fruto seco y sal) y unos tomatitos secos rehidratados en aceite de oliva virgen extra que teníamos, muy bien picadillos hasta obtener un delicioso paté untable y hemos reservado.
Para la crema de calabacín:
1 calabacín de piel fina y clara
1 ajo sin el germen interno
media cebolla
1 patata
sal y pimienta.
un vaso de caldo de verduras o agua.
Hemos rehogado finamente picados el ajo y la cebolla y añadido la patata pelada y cortada en rodajas muy finas y el calabacín en láminas también con su piel. Hemos añadido un fondo de caldo de verduras
y dejado cocinar a fuego medio hasta que el calabacín y la patata estén tiernos. Pasar a una batidora
y triturar hasta que quede consistencia cremosa ( para que no quede aguado, echar las verduras sin el caldo de cocción y agregar poco a poco si fuese necesario, lo ideal es que haya quedado muy poco) Sal pimental al gusto y una pizca de nuez moscada recién rallada.
Una vez tenemos todos los ingredientes procedemos a dividir en dos la masa de la pasta de remolacha y tomando porciones pequeñas vamos estirando con un rodillo hasta que quede una lámina de un grosor fino -medio Enharinar por la superficie para que no se pegue. Con un molde para pasta o un vaso redondo puedes ir cortando círculos y enharinar levemente para que no sean pegajosos.
Para rellenar la pasta basta con coger cada oblea circular, echar una cucharadita de café pequeña en el centro, doblar por la mitad y con un tenedor y sellando los bordes como si estuvieses haciendo empanadillas caseras. En este paso es aconsejable antes de doblar y sellar con el tenedor, humedecer ligeramente el borde del círculo con un dedo mojado, así la pasta no se abrirá.
Cuando ya tenemos toda la pasta rellena, poner una cacerola con agua a hervir con un poco de sal y cocer unos 3 o 4 minutos o hasta que la pasta flote.
Servir con la crema de calabacín y espolvorear un poco de frutos secos triturados tipo nuestro parmiggiano falso crudista ( 50 gr de nueces de Brasil, 50 gramos de anacardos o marañon, un poco de sal marina, una cucharadita de aceite de oliva virgen extra y pimienta negra recién molida media cucharadita.
Prometemos volver a hacer las fotos del proceso y subir las fotos!
Una delicia, y lo mejor de todo es que puedes improvisar cualquier relleno o cambiar la remolacha por espinacas y tener una pasta deliciosa verde!
A disfrutarla!