Reconozco que puede parecer un plato muy extraño a simple vista, sólo para “paladares innovadores”. Pero no os dejéis llevar por las apariencias. El pesto de remolacha está exquisito. La semana pasada estuve en la mesa redonda de bloggers gastronómicos de la Social Week de Barcelona donde tuve el honor de conocer al autor de El Comidista, el blog gastronómico de El País. Leyendo sus posts descubrí uno que me llamó bastante la atención sobre tipos de pesto. El de remolacha me encantó, puesto que es la temporada ahora, la modifiqué a mi gusto y me puse manos a la obra. Y como véis, este es el resultado.
Utilizo pasta de trigo sarraceno porque no contiene gluten. El trigo sarraceno es una planta con alto contenido en proteínas y fibra y altos niveles de minerales como magnesio.
La remolacha pertenece a la misma familia que las espinacas y acelgas, aunque no es tan popular. Es rica en ácido fólico, muy importante para mujeres embarazadas y durante la menopausia para mantener los niveles de estrógenos. El consumo de remolacha puede prevenir algunos tipos de cáncer y enfermedades del corazón. Elimina toxinas y evita la retención de líquidos.
Pasta de trigo sarraceno con pesto de remolacha (sin gluten)
2 personas
Ingredientes
250 gr Casarecce de trigo sarraceno
1 remolacha (100gr aprox)
1 ajo
20 gr de pistachos pelados
jugo de 1/2 limón
25 gr queso parmesano rallado
aceite de oliva virgen extra
sal marina
Preparación
Cocer la pasta
Cocer la remolacha durante 10 minutos
Triturar ligeramente con la ayuda de un procesador de alimentos (o con la termomix) la remolacha previamente cocida con el ajo, los pistachos, el queso y la sal.
Añadir aceite al gusto y dejar reposar al menos 30 minutos
Una vez cocida la pasta, mezclar con el pesto y… ¡a comer!
Nota: Puedes deshidratar en una sartén sin aceite un puñado de espinacas para dar un poco de color y vitaminas extra al plato.
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