Aunque no vivimos en USA ni por supuesto (por el momento al menos) celebramos este día sabéis que soy muy fan de la repostería americana y habitualmente en mi blog pongo broche final a las recetas de otoño el último jueves de noviembre que suele coincidir con Thanksgivig Day casi todos los años, así aprovecho que el Pisuerga pasa por Valladolid y suelo traer alguna receta tradicional o típica de esta celebración.
Pero este año no ha sido así aunque a simple vista tenga similitudes con otros postres como la tarta de calabaza que preparé hace bastantes años y tengo muchas ganas de repetir.
Este pastel es pura invención en un intento de sacar cosas de los armarios de la cocina.
No sé si os pasará igual pero un día cualquiera, sin venir a cuento, me acuerdo de algo que tengo guardado desde hace mil y me entran unas ganas terribles de darle salida.
Puede ser un paquete de galletas, una lata de conservas, un limpiador para el baño o un pintalabios. No discrimino.
De repente algo que lleva ahí muchísimo tiempo me estorba. Muchísimo. Y necesito acabar con él porque no me lo quito de la cabeza.
¿Maniática yo? ¡No qué va!
En esta ocasión no me había obsesionado especialmente con algo, pero ahí estaba mi boniato asado y yo dándole vueltas a qué preparar con él. Muffins, tarta de queso, bizcochos, brownies y hasta crema había preparado con boniatos.
Quería otra cosa.
Y me acordé de la tarta americana que preparé el año pasado y de esta otra que lleva además chocolate blanco y supe que quería preparar otro pastel porque siempre triunfa.
Y en lugar de buscar recetas entre mis pendientes decidí abrir los armarios de la cocina e ir sacando cosas que tuviera empadronadas en las baldas.
Me encontré un paquete de galletas especiadas de Lidl que tan escondidas tenía que me había olvidado de ellas.
Afortunadamente aún estaban en perfecto estado y supe que la batata tendría que ir genial con el sabor de las galletas ¡no podría haber estado más acertada!
Seguramente no seréis como yo y tendréis los armarios más despejados, pero ya están de nuevo a la venta y en todo caso se pueden sustituir por galletas Lotus o por galletas de cualquier tipo que tengáis en casa y especias al gusto.
Le puse leche evaporada por aquello de restar calorías (y porque tenía un brick a punto de caducar) pero se puede sustituir por nata (crema de leche) o por leche normal o bebida vegetal.
Y no pude resistir la tentación de añadir un poco de caramelo líquido, que acentúa el sabor de las especias y deja un sabor que a mí personalmente me vuelve loca, pero que podéis no poner si no tenéis o si no os gusta y la tarta seguirá estando de diez.
He de confesar que cada vez soy más fan de las recetas en las que va todo a la jarra de la batidora y de ahí al molde y directas al horno.
Además de no ensuciar casi nada la elaboración es apta para cualquiera, hasta para el más patoso en la cocina, y el resultado será de lujo siempre.
El resultado es un pastel muy cremoso y con un delicioso sabor a especias ideal para el otoño y en realidad para cualquier época del año (siempre que tengamos batatas a mano)
Cada vez estoy más enamorada del boniato (o batata) en repostería. Recuerdo lo poco que me gustaban asados como los preparaban mi abuela y mi madre y lo mucho que me gusta ahora preparar postres con ellos y me doy cuenta de cómo cambian las cosas en la vida.
Creo que siempre me voy a acordar de la cara que puso mi madre cuando compré batatas aquel otoño de 2015 con mi enorme barriga de Lara porque se me habían antojado.
Y hasta hoy dura esta bonita relación de amor.
Bien es cierto que prefiero usarlos en repostería antes que comerlos tal cual, pero ya es un gran logro frente a lo que tenía.
Espero que os animéis con este postre ¡no os va a decepcionar!
¿A alguien le apetece un buen trozo?
Ingredientes:
* 200 gramos de galletas especiadas
* 500 gramos de leche evaporada
* 4 huevos
* Un boniato asado de unos 300-350 gramos (el mío pesó en limpio 315)
* 1 cucharadita de canela en polvo
* Una cucharada sopera de caramelo líquido (opcional)
Elaboración:
1. En un bol amplio o en la jarra de la batidora o el procesador de alimentos ponemos las galletas partidas en trozos, la leche evaporada, los huevos, el boniato asado, pelado y troceado, la canela en polvo y el caramelo líquido y batimos hasta obtener una mezcla cremosa y sin grumos.
2. Pintamos un molde con mantequilla, vertemos la mezcla e introducimos en el horno precalentado a 180º C durante unos 45 minutos o hasta que esté cuajado y al mover el molde el centro tiemble ligeramente.
3. Apagamos el horno y dejamos enfriar con la puerta entreabierta para evitar que se agriete la superficie.
4. Una hora después sacamos y dejamos enfriar por completo sobre una rejilla. Una vez frío tapamos y dejamos reposar en el frigorífico
Si no necesitáis el horno podéis dejar enfriar por completo en su interior con la puerta abierta.
Como os había anticipado es una receta bien fácil de preparar y muy rápida si ya tenemos el boniato o batata asado.
Se puede tomar tal cual o con unos hilos de caramelo o de sirope de chocolate ¡brutal!
Las niñas siguen bien. Cruzo los dedos a ver si llegamos a Navidad sin muchos mocos o tos, aunque aún quedan bastantes semanas por delante y con este frío es lo que toca.
A veces me gustaría contar más cosas pero sigo sin acabar de organizarme bien y ando muy justa de tiempo para el blog.
Gracias por visitarme una semana más, es un placer contar con vosotros en mi cocina. Nos leemos el jueves próximo.
Manos a la masa y ¡bon appétit!