Los paleños y las paleñas, consideramos que pertenecemos a un pequeño pueblo con historia y personalidad, una herencia de un barrio de pescadores.
Situado a 7 kmts del centro de la capital malagueña, con pésimas infraestructuras de transporte, hasta el año 1908 cuando el tren de vÃa estrecha comenzó a atravesar la barriada, permitiendo el transporte de viajeros y mercancÃas.
En la costa los paleños se dedicaban a la pesca, de gran abundancia y variedad en nuestra bahÃa, pese a ello la pobreza a finales del sigo XIX y principios del siglo XX eran grandes, debido sobre todo a la dificultad de comercializar los productos.
A principios de 1.900 los habitantes de El Palo, llegarÃan a unas 1000 personas, número aproximado, ya que no he podido saber concretamente el censo con total exactitud.
Mi familia materna eran oriundos de El Palo, mi abuelo pescador con su jábega (Mª del Carmen), se llamaba Juan Antonio y mi abuela Mª del Carmen.
La paterna, llegaron al Palo desde Alhaurin de la Torre, con el tren, mis abuelos Diego y Antonia, trabajaban en la compañÃa de Suburbanos, siendo los que cuidaban el paso a nivel, en el puente (que hoy en dia ya no existe) de la Calle Mar, calle que empieza en Las cuatro esquinas y llega hasta la misma orilla del mar, más que calle era como un arroyo que cuando llovÃa bajaban las aguas con fuerza y arrastrando todo lo que estaba a su alcance.
Recuerdo a mi madre agachada recogiendo los melones desde la puerta de mi casa, a una altura de casi dos metros, era el mes de Agosto, la â??rÃaâ?? arrastró todos los puestos de melones y sandias desde las cuatro esquinas hasta el mar; tendrÃa yo unos tres añitos, un pasado ya muy lejano, pero que guardo con especial cariño.
Mi padre eran seis hermanos y mi madre cinco (aunque una de ellas no la llegué siquiera a conocer), Se fueron mis abuelos, se han ido yendo mis tios (sólo vive el más pequeño, mi entrañable y querido Tito Pepe) y mi familia fue creciendo.
Tan pocos habitantes daba lugar a que mis dos familias se unieran más aún, a la hora de buscarse parejas, asà que los hijos somos más que prim@s, incluso algunos compartimos los mismos apellidos, independientemente que desde pequeños todos estábamos muy unidos.
La vida ha hecho que nos distanciemos fisicamente, que nos veamos muy poco, pero sé que todos tienen mi mismo sentimiento: un gran cariño y unos buenos recuerdos de nuestra niñez y nuestros origenes.
Quiero, con éste pastel virtualmente recordarlos a todos y en especial a la más pequeña que ayer fue su cumpleaños.
Los nombres parte paterna: Diego, Manolo, Paqui (aunque ya no está con nosotros), Antonia, Maria, Candelaria, Remedios, Diego, Rafael, Guillermo, Antonia, Maria del Carmen, Maria Jesús, Mª del Carmen, Antonia, Manolo, Diego, Montserrat, Antonia y Rosario.
Por parte de mi madre: Maria Dolores, Miguel, Mª del Carmen, Gemma, Mª del Carmen y Antoñita Mari (la más pequeña).
Falta por nombrar a mi hermano José y una servidora. De todos ellos, solamente tres siguen viviendo aún en El Palo. Para todos ellos con todo mi cariño
¿Cómo prepararlo?
Trocear 85 gramos de chocolate negro y derretirlo en un cazo. Retirar del fuego y dejar que se enfrÃe.
Batir 170 gramos de mantequilla a temperatura ambiente con 100 gramos de azúcar blanca y 50 gramos de azúcar moreno, hasta que la mezcla blanquee y esté cremosa.
Incorporar tres huevos, uno a uno, sin dejar de batir.
Tamizar 140 gramos de harina (uso la bizcochona que ya tiene la levadura incorporada), tres cucharadas soperas de cacao en polvo y una cucharada de canela molida.
A continuación agregar el chocolate derretido y remover bien.
Poner la masa en el molde, engrasado, suelo hacerlo con mantequilla) y poner en el horno previamente calentado a 180º , durante unos cuarenta minutos aproximadamente (dependiendo de cada horno y molde).
Una vez que haya subido (probar que un pincho salga limpio) y se enfrie un poco, desmoldar el bizcocho.
Para bañarlo de chocolate: derretir trozos de chocolate junto con crema de leche espesa.
Dejar que espese un poco y con un pincel, pintar el pastel.
Adornar con rizos de chocolate.
La receta, con algunos pequeños cambios, como casi todos mis bizcochos son del libro de Susannah Blake: 500 pasteles, que como bien saben es ya todo un clásico en â??Mi cocinaâ??.
Les deseo un buen fin de semana.