Para hoy un primero muy sabroso y facilísimo. Este tipo de pasteles son muy vistosos y te solucionarán el primer plato de cualquier comida.
Otra ventaja es que, como se toman fríos, los puedes preparar con antelación y así no tienes que estar metido en la cocina mientras tus invitados llegan.
¿Qué necesito?
Para el pastel:
400 grs. de espinacas
150 grs. de jamón serrano (opcional)
75 grs. de queso Gorgonzola
400 ml. de nata (crema de leche) para cocinar
3 huevos
1 cucharada de harina de maíz
Para la salsa:
250 grs. de yogur natural sin azúcar
4 cucharadas de mayonesa
2 cucharadas de zumo de limón
1 pizca de sal
¿Cómo lo hago?
Cocemos las espinacas en abundante agua salada y las escurrimos bien.
Precalentamos el horno a 180º
Si le vamos a poner jamón, lo picamos y lo salteamos brevemente en una sartén con una cucharada de aceite de oliva. Añadimos las espinacas escurridas y revolvemos bien. Reservamos.
En un bol batimos los huevos y añadimos la harina y la nata (crema de leche). Revolvemos para que se mezcle todo bien y no queden grumos de harina.
Echamos las espinacas (con el jamón) en el bol. Desmenuzamos bien el Gorgonzola, lo añadimos a la mezcla y revolvemos todo (nosotros hemos usado la variedad dulce pero si os va el picante podéis usar también el Gorgonzola picante). Probamos y, en caso de que sea necesario, regulamos de sal.
Untamos un molde rectangular con mantequilla y vertemos la mezcla dentro.
Por último cocemos en el horno al baño maría durante unos 45 minutos, hasta que esté cuajado.
Como el pastel tiene un sabor fuerte, os aconsejamos servirlo acompañado de una salsa suave. Nosotros hemos usado una de yogur. Aquí tenéis la receta.
Fuente: este post proviene de Vuelta y vuelta, donde puedes consultar el contenido original.
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