Me encanta éste pastel, es el mismo PASTEL DE PUERROS que tengo publicado con la salvedad de que está horneado en la panificadora.
Así que la mañana que fuí a comprar los puerros a la frutería para hacerlo era feliz, hasta que ví entrar por la puerta a Mariquilla la del peo (ya os he hablado de ella con anterioridad. El pseudónimo se debe a una ventosidad de envergadura que según ella, le vino de sopetón en la playa de Chipiona y que le valió dos puntos de sutura). Cuando la ví aparecer por la puerta intenté camuflarme entre la caja de coliflores y una de calabacines, pero ni por esas. Me vió.
-Niñoooo, ¿a que no sabes lo que me pasó el otro día?. (Noooo, ni quiero saberlo). Pues resulta que iba con la Conchi al Mercardona y cuando pasamos por el bar Federico (el más cutre del mundo), le dije: Conchi, ¿nos tomamos dos cervezas, que no he probao el alcohol en mi vida?. Venga, vamo a echala, le dijo la Conchi. Y allí que nos ponemos las dos a tomarnos nuestra cervecita con unas aceitunas y oye, al principio como que amarga, pero después le cogimos el punto y empezamos pim-pam-pim-pam que al final nos cargamos 3 cada una cuando de repente me dió un vahído (no me extraña, irían ciegas) y empecé a vé como niebla, mu espesa y de repente, de entre la niebla salió ella.
-¿Ella quien es, María?
-LA VIRGEN. (Dios!!! está peor de lo que pensaba, pensé).
-¿Y cómo sabes que era la Virgen, María?
-Porque iba con su corona y su capa bordá en oro y yo le pregunté ¿tú quien eres?, y ella me dijo: Soy MARIA SANTÍSIMA INMACULADA CONCEPCIÓN DEL MAYOR DOLOR Y DESAMPARO DE LOS AFLIGIDOS, pero llámame MACU.
-Jajaja, qué exagerá eres María, qué te gusta el cachondeo.
-¿Cachondeo?, pregúntale a la Conchi que salió del bar escopetá y cagá de miedo y me dejó allí sola con la MACU. Me temblaba hasta el chichi, así que dije: Federico, ponle una cervecita a la Macu que yo me tengo que ir a prepararle un gazpacho a mi Manolo que a las 3 entra a trabajá.
-El que se va soy yo María, que mira que hora es.
-Vale hijo, otro dia te cuento lo que le pasó a mi Encanni, se quedó dormía en la playa 3 horas y la tuvieron que ingresá con quemaduras de 2º grado.
-Sí, María, pero eso otro día....Ufff, la próxima vez voy disfrazao a la frutería.
No os dejaré con la intriga, así que os contaré que la Macu resultó ser la Antonia, la mujer del Federico, el del bar, que días después me contó con lágrimas en los ojos (osease, descojoná) que cuando vió al par de dos medio borrachas les quisó gastar una broma y se encasquetó una corona de cartón que le había tocado a su hija en un menú del Burguer King y se envolvió en un mantel dorado del bar haciéndose pasar por la Virgen. Lo que hace el aburrimiento.....y la crisis. Pues no es fina la Antonia cuando hay gente en el bar.....jajaja.
INGREDIENTES:
600 grs. de puerros.
4 huevos.
1/4 de taza de leche (equivale más o menos a 60-70 ml. de leche)
1/4 de taza de harina. (equivale a unos 30-40 grs. de harina)
1 taza de queso feta o queso fresco desmenuzado. (unos 125 grs. de queso). Yo usé un vasito de queso fresco Burgo de Arias.
Sal.
Aceite de Oliva Virgen Extra.
Perejil picado.
PREPARACIÓN:
Doramos los puerros picaditos en un fondo de AOVE, durante unos 15-20 minutos aproximadamente.
Batimos los huevos junto con la leche y la harina, procurando que no queden grumos.
Incorporamos el queso y el perejil, mezclamos y rectificamos de sal.
Vertemos la mezcla en la cubeta de la panificadora a la que previamente habremos quitado las palas.
Conectamos el programa "HORNEAR" y lo tenemos durante 45 minutos aproximadamente o hasta que esté cuajado.
NOTA.- El pastel en panificadora queda más tostado por fuera al estar en contacto directo con la cubeta, pero resulta igual de delicioso que hecho al horno.