Después de casi tres semanas en Valencia donde he tenido tiempo de disfrutar de mis amigas y mi familia, vuelvo al horno de Madrid.
No debería quejarme ya que me encanta el verano, pero nunca cuentas con temperaturas tan altas que
hace que salir a la calle se convierta en una actividad de riesgo.
Así que mi catador y yo, para celebrar mi vuelta, hemos optado por quedarnos en casa y disfrutar de un plan que nunca falla: cena + peli.
Para ello, hemos decidido que cada uno prepare algo para cenar, y a mí la inspiración me ha venido enseguida.
Voy a preparar patatas, que siempre gustan, pero cocinadas de forma diferente. Eso sí, de manera rápida y fácil, que la peli no puede esperar.
Y voilà, en menos de lo que canta un gallo ¡ya las tenía!
Le tengo que dar las gracias al blog La cocina de mi hermana que gracias a su receta han salido de rechupete. Sin duda, las tengo que repetir más veces.
Y ahora shhhhh!! Que empieza la peli!
Ingredientes:
4 patatas
3 o 4 dientes de ajos
Sal
Perejil
Aceite de girasol
Vinagre de vino
Elaboración:
Pelamos y lavamos las patatas. Las cortamos en gajos, si tenéis mandolina mucho mejor. Si no, a gajitos finos como cuando hacéis papas fritas. Las freimos en abundante aceite, y cuando estén doraditas las escurrimos en papel y le echamos una pizca de sal. En el mismo aceite, freimos los ajos troceados. Los escurrimos sin dejar que lleguen a dorarse y los añadimos a las patatas. Les echamos un chorrito de vinagre y espolvoreamos con perejil.