Otra cosa que también nos gusta es que la pierna no esté completamente partida. Y es que me gusta muchísimo rebañar los huesos y me encanta hacerlo con el hueso de la pierna (o paletilla) entero. Me siento un romano o un caballero de la edad media, jejeje (pero qué guarrotes que eran, pero cómo mola comer así).
Y además es muy sencillo de preparar. Os dejo ya con la receta, no sin antes animaros a que lo probéis. Es una forma diferente y sin duda sorprenderéis muy gratamente a vuestra familia o amigos. ¡Que la disfrutéis!
Ingredientes
1 ó 2 piernas de cordero (también sirve paletilla)
4 patatas medianas
1 cebolla
200 ml de miel
Unas ramitas de romero
Una hoja de laurel
Agua
Elaboración
Bueno, pues la cosa es muy sencilla. Ponemos el horno a calentar lo primero, a 200º. Limpiamos bien la pierna, quitando la grasilla que veamos excesiva. Salamos bien.
Pelamos y cortamos en trozos la cebolla y la disponemos en una fuente grande que pueda ir al horno. Hacemos lo mismo con las patatas, cortándolas en rodajas para hacer una cama en la fuente. Echamos el romero y el laurel y cubrimos de agua, entre 1 y 2 dedos.
Disponemos la pierna en la fuente y le echaremos 2 ó 3 cucharadas soperas de miel bien llenas.
Así preparado lo metemos al horno. El tiempo va a depender del peso total de la pierna, pero permitidme que os dé un consejillo. Cuando creáis que ya está, que habrá pasado algo más de 1 hora, dejad que se acabe de hacer por lo menos otra media hora, quizás sin que esté el horno tan fuerte para que no se os queme de fuera. Así se acabará de hacer bien por dentro y quedará más tierno y jugoso.
Cada 20 minutos aproximadamente le damos la vuelta y rociaremos con más miel, hasta que la acabemos. También podemos rociar un poco con la misma cuchara la salsa del cordero.
¡Y ya está, delicioso!