Pues esta vez le ha tocado al cordero. Y más concretamente, a una pierna de cordero de kilo y medio...
Es muy fácil de hacer. Al menos a mi todos los asados me parecen muy fáciles, ya que una vez en el horno, sólo hay que vigilarlos de vez en cuando, o darles una vuelta, regarlos...
Dejando de lado la polémica desatada recientemente sobre las carnes rojas (que hay que consumir siempre con moderación), el cordero tiene muchísimas propiedades, ya que su carne tiene la mayoría de los aminoácidos esenciales que necesita nuestro organismo. Muy rica en vitaminas del grupo B y hierro.
Además, en este caso, al cocinarse con poco aceite, tanto la carne como la guarnición resultan muy ligeras.
Necesitaremos:
- 1 pierna o paletilla de cordero (la mía pesaba 1,5 Kg)
- 1 patata
- 1 cebolla
- 4 dientes de ajo
- aceite de oliva virgen extra
- especias: romero y tomillo, para darle toque de campo
- sal y pimienta
- 1/2 vasito fino Montilla-Moriles
Rociamos la fuente de horno con aceite en spray, o lo untamos, y disponemos sobre ella la patata y la cebolla, peladas y cortadas en rodajas, y los ajos, machacados con un golpe seco de la hoja de un cuchillo.
Salpimentamos y añadimos las especias.
Sobre la cama de patata y cebolla colocamos la pierna de cordero.
La untamos con aceite, salpimentamos y especiamos.
Introducimos al horno, precalentado a 200ºC.
Cuando lleve una media hora, regamos con el vino.
Cuando haya pasado otra media hora, regamos con el jugo que haya ido soltando la carne.
Tras pasar otra media hora o veinte minutos, vamos revisando si la carne está hecha.
Cuando esté lista, sacamos con cuidado y servimos en un plato, con las patatas, la cebolla y salsa al gusto.
Con esta receta participo en el Reto Recetas Sanas de Facilísimo.com
Y aquí tenéis para imprimir la receta
¿Os vais a animar a hacerla?
¡Besitos!