Potaje de garbanzos, bacalao y espinacas, o potaje de vigilia, esto es lo que preparamos en casa cuando tenemos ganas de guiso de cuchara ligero. Aunque este potaje de vigilia es típico de Semana y Santa y de Cuaresma, por eso de no llevar carne entre sus ingredientes, es una receta que preparamos en casa con cierta asiduidad.
Se trata de un plato de esos que reconfortan pero que, al mismo tiempo, no aportan una gran cantidad de grasa. Podemos consumir legumbres, verduras y pescado de una sola vez y que además esté sabroso, calentito, de cuchareo y saludable.
En época de Cuaresma, los días entre el carnaval y la Semana Santa, y en la propia Semana Santa, la tradición católica prohíbe el consumo de carne. De esta costumbre nace la necesidad de crear platos con fundamento y aporte calórico respetable que sustituyen la carne en estas fechas. Los potajes varios, de garbanzos son un buen recurso para comer saludable y nutritivo. Potaje de garbanzos con espinacas, este mismo potaje de vigilia o incluso unas estupendas lentejas estofadas con verduras son propuestas interesantes para que formen parte de nuestros menús diarios, sea Semana Santa o no.
RACIONES: 6
DIFICULTAD: baja
TIEMPO: 1 hora
POTAJE DE GARBANZOS, BACALAO Y ESPINACAS:
300 g. GARBANZOS SECOS
400 g. BACALAO DESMIGADO EN SALAZÓN
250 g. ESPINACAS FRESCAS
2 CEBOLLA
8 DIENTES DE AJO
2 ZANAHORIAS
3 HUEVOS
1 HOJA DE LAUREL
1 cdita. PIMENTÓN DULCE
ACEITE DE OLIVA
SAL
1.- Desalamos el bacalao dejándolo a remojo durante 48 horas. Debemos guardar el bacalao en el frigo para evitar que pueda estropearse. Cambiamos el agua del remojo cada 3 o 4 veces al día. Una vez desalado, lo escurrimos y los reservamos.
2.- Ponemos los garbanzos a remojo para rehidratarlos, durante 12 horas.Los escurrimos desechando el agua y reservamos.
3.- En una olla expres ponemos una cebolla entera y pelada, 5 dientes de ajo enteros y pelados y las dos zanahorias. Añadimos agua a la olla hasta que el agua cubra 3 o 4 dedos por encima de las verduras. Ponemos la olla al fuego sin presión y esperamos hasta que el agua comience a hervir. Añadimos los garbanzos y tapamos la cazuela. Desde el momento en que la válvula comience a funcionar, bajamos el fuego y dejamos que se cocinen los garbanzos entre 12 y 15 minutos. Apagamos y reservamos con los garbanzos dentro del caldo de la cocción.
Es preferible quedarnos algo cortos de tiempo que pasarnos. Siempre podemos continuar la cocción si, al abrir la olla, vemos que a los garbanzos aun les falta un punto de cocción.
Si optamos por una cazuela tradicional. debemos cocinar los garbanzos no menos de 2 horas y media, hasta que estén tiernos.
4.- Mientras se cocinan los garbanzos hacemos un sofrito con la otra cebolla y el resto de los ajos. En una sartén calentamos un chorrito de aceite y añadimos la cebolla y los dientes de ajo, troceados en dados pequeños. Añadimos también la hoja de laurel y cocinamos la verdura hasta que la cebolla esté blandita. Cuando la cebolla esté blandita, retiramos la cazuela del fuego y añadimos la cucharadita de pimentón. Removemos bien reservamos.
5.- Cocemos los huevos en agua hirviendo durante 15 minutos y los reservamos.
6.- Cuando los garbanzos estén cocidos, retiramos de la cazuela la cebolla, los dientes de ajo y las zanahorias. Añadimos el sofrito que tenemos reservado y volvemos a encender el fuego. Añadimos las espinacas lavadas y troceadas y dejamos que se cocinen durante 3 o 4 minutos con la cazuela tapada pero sin presión.
7.- Añadimos el bacalao desmigado, removemos el potaje y dejamos al fuego 5 minutos más. Apagamos el fuego y dejamos que repose durante 10 minutos antes de probar el punto de sal. El bacalao aportará sal al potaje, por eso es preferible añadírsela al final de la cocción se es necesaria. Pelamos los huevos y los incorporamos al potaje.