Para estrenarnos, en esta ocasión os hablaremos de uno de nuestros ingredientes favoritos, el salmón.
Mayoritariamente procedente de las frías aguas del Atlántico, el salmón se caracteriza por su cuerpo alargado (más de 50 centímetros) y cubierto de pequeñas escamas con manchas oscuras, su carne rosácea o anaranjada, y un peso óptimo está entre 1 y 3 kilos.
El salmón es un pescado graso, perteneciente a la familia de pescados azules. Aunque mucha gente le critica su aportación de grasa, este tiene unos 11 gramos de grasa por cada 100 de carne, un porcentaje muy similar al de las sardinas o el atún, aunque eso sí, su grasa es rica en Omega-3, favoreciendo así la reducción de colesterol, triglicéridos y evitando la formación de coágulos o trombos sanguíneos.
Aunque como ya os podéis imaginar, no todo es positivo en el salmón, ya que su alto contenido en purinas provoca un incremento de ácido úrico en nuestro cuerpo, por lo tanto, no es recomendable para aquellos que tengan problemas con el ácido úrico.
En la cocina, el salmón es uno de los pescados más versátiles y deliciosos, aunque eso sí, extremando siempre el cuidado al cocinarlo, ya que con un exceso de calor el salmón pierde sus principales características. Nosotros os recomendamos tres formas bien sencillas de preparar un buen salmón y además, triunfar en la mesa:
A la papilloteEs sin lugar a dudas una de las formas de cocción más sanas y que más respetan la textura y sabor. Os dejamos un ejemplo: Salmón a la papillote
A la planchaTradicional y sabrosa, pero cuidado porqué es tremendamente fácil quemar el salmón. Aquí tenéis una buena receta: Combinado de salmón
En un tartarUn método arriesgado, por el que no todo el mundo está preparado, aunque a nosotros, nos vuelve locos. ¿Qué os parece esta receta? Tartar de salmón con manzana ácida y aguacate.