Y todo empezó con unos aguacates que mi madre me metió en la maleta en mi último viaje a Cuba. ¡Un ole para esas madres! Estos aguacates se merecían una buena receta para este blog y que mejor que un guacamole en toda regla.
Yo usé un aguacate cubano, que son muy grandes y carnosos. Lamentablemente los de España, son pequeñitos y sin color ni sabor pero es lo que hay, al fin y al cabo esto va de aguacates así que con los que tengamos a manos iremos tirando. Si no consigue un buen aguacate estilo cubano tendrá que hacer esta receta con 4 o 5 aguacates de los que venden en el mercado.
¿Veis la diferencia en el color y el tipo de cascara que los envuelve? Y la foto del aguacate español es bastante generosa, esta semana fui al mercado y créanme eran mucho más pequeño y negros por fuera. Sin embargo, los aguacates cubanos (una amiga brasileña me asegura que en su país también son como los de Cuba) suelen crecer a tamaños insospechados y sino miren esta foto que he encontrado en Internet.
¡Hala, toma tu aguacate aquí!
RECETA DE GUACAMOLE
INGREDIENTES
- 4 – 5 aguacates (o en su defecto un aguacate cubano bien grande)
- Media cebolla o una cebolla pequeña
- Un tomate rojo grande
- Un puñado de cilantro
- Sal al gusto
- Un chile (no es obligatorio, si no le gusta el picante igual queda de lujo)
- 1 lima (no limón)
PREPARACIÓN
- Sacar con ayuda de una cuchara la pulpa de los aguacates. Aplastarla con un tenedor hasta conseguir una pasta suave, aunque no muy molida.
- Cortar en trozo pequeños la cebolla, el tomate y el cilantro y un chile finamente cortado. Agregue todo al puré de aguacate. Revuelva para unir todos los ingredientes.
- Por último sazonar con limón al gusto y rectificar de sal. El limón también ayuda a que el aguacate no se oxide.
- Acompañar con nachos.
Nota curiosa: la semilla de aguacate puesta en el guacamole a la hora de emplatar ayuda junto al limón a que se mantenga más fresco.
Hala y ya tenemos algo de picoteo para sentarnos todos alrededor de la mesa, charlar y beber unas cañas.