INGREDIENTES (para unos 14 cupcakes)
125 ml. de cerveza Guinness™
125 gr. de mantequilla sin sal
200 gr. de azúcar
140 gr. de harina
40 gr. de cacao en polvo
1 huevo
70 ml. de nata (crema de leche) para montar
Media cucharadita de extracto de vainilla concentrado
1 cucharadita de bicarbonato sódico
Sirope de arce para decorar y dar alegría
Crema de Queso Mascarpone y Nata (crema de leche), cuya receta podéis encontrar aquí
PREPARACIÓN
En primer lugar hay que calentar la cerveza y la mantequilla hasta que ésta se funda. La inexplicable afición británica por la cerveza templada queda patente en esta receta. A nosotros, la primera bofetada a Guinness caliente nos recordó demasiado a los efluvios resultantes de sujetar el pelo de tu mujer mientras se deja el esófago en el inodoro tras una noche larga y demasiadas cervezas en el cuerpo. Ahorraos el mal trago y no respiréis los aromas resultantes. Mientras tanto, id precalentando el horno a 180ºC, y aseguraos de tener la nata (crema de leche) para la crema bien fría de forma que pueda montarse con facilidad.
Añadimos a nuestro apestoso mejunje el cacao y el azúcar y lo mezclamos con alegría, de forma que ahora la mezcla ya no olerá a vomito y comenzaremos a albergar algo de esperanza sobre nuestra receta.
Seguimos mezclando la nata (crema de leche) con los huevos y la esencia de vainilla para a continuación verterlo sobre nuestra mezcla cervecera que comenzará a parecerse por primera vez a algo que podría comerse.
Tamizamos la harina junto al bicarbonato y lo incorporamos a la masa removiendo bien con unas varillas hasta que quede una masa libre de grumos, que ya sabéis que son el diablo, el mal o el equivalente a que te toque un cortaúñas como sorpresa del Roscón de Reyes.
Es el momento de utilizar nuestra bandejita para hornear cupcakes, y de llenar las cápsulas en sus dos terceras partes, horneándolos durante unos veinte minutos aproximadamente.
Apuñalándolos vilmente con un palillo en el centro y si éste sale sin restos viscosos adheridos, sabremos que se han horneado en totalidad. No os asustéis si veis que al hornearlos no suben demasiado, con esta receta quedan bastante chatos pero muy jugosos en su interior.
Una vez horneados, los sacamos a una rejilla y los dejamos enfriar antes de aplicarles nuestra crema de queso mascarpone cuya fantastica y exquisitísima receta podréis encontrar en estas mismas páginas, para que no tengáis que buscarla en internet y terminéis descargando porno y bebiéndoos los culillos de la cerveza como locos.
Aplicamos el churrete de crema con una manga pastelera y terminamos añadiendo un chorrito de sirope de arce para añadir un puntito diferente a un cupcake que, al contrario de lo que pudiera parecer, apenas sabe a cerveza una vez terminado. Sin embargo, se caracteriza por los sabores tostados y un sutil amargor del bizcocho, coronado por la suavidad del queso mascarpone que complementa un postre serio, contundente e ideal para sorprender. El sirope de arce añade un sabor especial, que lo hace aún más intenso, profundo, tostado y caramelizado. No lo habíamos usado nunca pero... ¡Wow! repetiremos.
Para nosotros, una excusa ideal para apurar los restos y excedentes de la cerveza que conseguimos para celebrar San Patricio. Lo sabemos, tenemos un problema, pero si vosotros no lo contáis nosotros tampoco lo haremos.
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