La pasta es algo que solemos comprar ya preparado, lo cual es una pena porque es bastante sencillo prepararla en casa y seguro que nos queda muy buena. Además el material que necesitamos para hacerlo es muy poco.
Estos Saquitos de solomillo y foie resultan muy sabrosos y solo necesitaremos pensar en una buena salsa para acompañarlos.
Los ingredientes que necesitamos son:
Sémola de trigo, huevos y sal: la proporción es de un huevo por cada 100 gramos de sémola.
Solomillo de ternera: podemos usar también solomillo de cerdo, aunque resultará un poco más seco.
Foie fresco: lo podemos sustituir por un micuit o, incluso, por algún paté de oca.
Empezamos con la carne, así la tendremos listo para cuando la necesitemos luego. En una paella grande ponemos el solomillo al fuego. Si el solomillo es muy grande podemos cortarlo a rodajas para que se haga antes. El fuego no debe estar muy alto, ya que nos interesa que se haga bien por dentro.
Vamos a preparar la pasta. Para ello, colocamos la sémola de trigo en forma de volcán y en el centro añadimos los huevos. Empezamos a mezclarlo con un tenedor, comenzando por los bordes, y cuando esté el huevo integrado pasamos a amasar con las manos.
Amasaremos durante unos 15 minutos, hasta que la masa quede elástica, fina y sin grumos. Si vemos que nos queda muy seco podemos añadir un poco de agua. Igualmente, si queda demasiado húmedo podemos incorporar un poco más de sémola. Una vez amasada, la tapamos con papel film y la dejamos reposar en la nevera durante una hora.
Acabamos de preparar el relleno pasando el solomillo por el robot de cocina y añadiéndole el foie, que previamente habrá pasado un par de minutos en una paella. No desaprovechamos el aceite que suelta el foie al marcarlo y también lo añadimos a la mezcla. Probamos y rectificamos de sal y pimienta.
Ahora que tenemos el relleno listo, podemos empezar a estirar la pasta. Lo ideal es hacerlo con una máquina de pasta, pero si no tenemos podemos hacerlo con un rodillo. Al principio se nos desmontará bastante, pero la vamos doblando sobre si misma y añadiendo un poco de sémola cada vez hasta que nos quede bien fina.
Vamos cortando cuadrados de la pasta y colocando bolitas del relleno en el centro. Plegamos las puntas para darle la forma de saco y presionamos suavemente en la parte superior para que se queden bien pegadas.
Ya lo tenemos listo para poner a hervir la pasta. El tiempo que necesita de ebullición dependerá bastante del grosor que le hayamos dado a la pasta, pero serán unos pocos minutos.
Solo nos queda escoger una buena salsa para acompañar, que deberá ser ligera, ya que el relleno ya es potente de por si. Una salsa de queso ligera o un buen sofrito de tomate y ¡a disfrutar!