TE EXPLICAMOS EL PASO A PASO
1. Hazte con unas excelentes colas de rape (blanco o negro). Si vas a preparar el plato para un ágape especial, te recomendamos que las compres de calidad, porque se nota mucho en el resultado final. Si haces una receta tan especial como ésta, no te puedes arriesgar con un producto de baja calidad.
2. Prepara las colas para cocinar: retira la membrana que las cubre y córtalas por la mitad para quitar la raspa. La ventaja de este pescado es que este paso se hace en pocos minutos y de forma que no queda ninguna molesta espina. Seguidamente, corta las colas en trozos de tamaño coincidente con una loncha de jamón.
3. Envuelve las colas en las lonchas de jamón, que puede ser salado o dulce. La diferencia está en el contraste de sabores. Si eliges jamón serrano, tendrás 3 sabores con carácter que combinan muy bien, pero que competirán entre ellos. Si optas por jamón cocido, el rape cobrará un mayor protagonismo y el plato resultará un tanto más delicado.
4. Pon los trozos de pescado ya envueltos en una bandeja para horno y añade aceite de oliva, sal y pimienta. Ahora, hay que asar el rape unos 20 minutos al horno a 200 grados (recuerda siempre precalentarlo antes a la misma temperatura).
5. Pasado el tiempo, emplata el rape, añádele la salsa romesco por encima y ¡a comer!. Mmm, ¿no se os hace la boca agua?
EL RAPE, EL PATITO FEO DE LOS PESCADOS
Si tuviéramos que juzgar al rape por su belleza, el pobre tendría todas las de perder, porque mira que es? ?difícil de ver?, digámoslo así. Ahora bien, cuando se deshace de su gigantesca y peculiar cabeza y llega a los fogones de cualquier cocina, se convierte en otra cosa, como el cisne de aquel famoso cuento de Christian Andersen, muy admirado y querido.
Es un pescado muy agradecido para todo, para cocinar, para comer y para disfrutar. Si ya has preparado cualquier receta con él, ya sabrás que se agradece el hecho de que tenga ese ?esqueleto? cartilaginoso, muy fácil de retirar y muy provechoso, ya que se usa en muchos casos para hacer ?fumet? o caldo de pescado. ¿No lo has probado?, ¡sale un fumet excelente!.
Y para comer, es uno de los pescados más apreciados por su sabor y su textura, bien carnosa, pero sin llegar a ser tan contundente y densa como otros pescados con más grasa (que no gustan a todo el mundo). El rape da mucho juego para hacer recetas de todo tipo, desde la que os hemos explicado (más adecuada para ahora, en verano, al ser más ligera) hasta las más famosas, que son las que se hacen tipo caldereta, para mojar y mojar pan (estas las rescataremos en invierno, para entrar en calor).
CURIOSIDADES PARA PRESUMIR
Hemos quedado que este rape asado con salsa romesco podría ser un buen plato para una cena o comida especial, con amigos o familiares, ¿no?. Pues ahora te vamos a explicar algún dato curiosos para que presumas delante de tus invitados como tod@ un expert@ en este pescado lofiforme.
Y ahí va el primer dato para presumir de sabiduría? los peces lofiformes son aquellos que tienen una súper cabeza, con una gran boca y muy desproporcionada con respecto al resto del cuerpo. Tienen más peculiaridades morfológicas que no vamos a contar aquí, porque esto no es un blog de zoología, sino de gastronomía, y porque tú mism@ puedes consultar en la Wikipedia.
Otro dato curioso son los nombres que recibe en según qué zonas. Puede que te suene el de Granota de mar, ¿no?, ya que es como se le conoce en el litoral mediterráneo. Pero recibe otros graciosos nombres como Pejesapo (en Castilla), Pixin (en Asturias), Sapu (en Euskadi) o Pez tamboril (en Cantabria). Esto tiene su utilidad, ya verás, por ejemplo, por si vas de turismo a alguna de estas zonas y te encuentras en la carta de algún restaurante alguno de estos nombres (raro, pero todo puede ser en esta vida).
Y ahí va otro dato que siempre da muchísimo juego en cualquier reunión culinaria. Tiene pocas calorías y es muy sano, tan sólo 82 Kcal por cada 100 gramos, ya que pertenece al grupo de los pescados semigrasos (junto al emperador, trucha o merluza), que quiere decir que suele tener entre un 2,5 y un 6% de grasa (la mayor parte, de la buena).
Y tú, ¿cómo preparas las colas de rape? Déjanos aquí tu receta si te apetece compartirla.