Llevo dos horas buscando en la web de TV3 (el canal autonómico catalán) y todas las demás (canal 33 y resto del grupillo) sin ningún resultado. Y es que la receta que traigo hoy la vi en un programa ¿de TV3? ¿de Canal 33? ¿de E3?… pues ni idea, oigan. De lo que sí me acuerdo es de que era un día al mediodía y de que un programa de la misma presentadora ya lo había visto antes.
Es una chef irlandesa que se va paseando por Italia, viendo campiña, visitando a familias en sus casas… y aprovecha para preparar platos típicos de la cocina italiana. O no tan típicos pero que, como mínimo, los ingredientes con los que están elaborados son dieta mediterránea cien por cien.
Imaginaros esta “estresante” vida: viajando, visitando a gente, entrando en sus casas… ahora pruebo un vino de la región, ahora preparo una panna cotta y voy explicando cómo se prepara… luego comemos todos en una gran mesa en un porche de una casa en la Toscana… y sigo viajando, comprando en mercados locales y vuelta a empezar. ¡¡Por favor que alguien me diga qué ofrendas y a qué dios se tienen que hacer para conseguir una vida así, que me faltan piernas para salir corriendo a llevarlo todo al altar!!
No puedo deciros de momento cómo se llama el programa porque, como os decía, por más que busco en la programación, no lo encuentro. La próxima vez que lo pille por casualidad prometo dar con el nombre y lo pondré aquí.
En este mismo programa fue donde vi una receta de panna cotta con frambuesas, en la que me basé para hacer mi panna cotta ligera con coulis de fresas (¡receta que quedó finalista en un concurso! ;) ). Ya véis, la chef presentadora viajera prepara cosas muy de mi estilo: fáciles, sabrosas y sin tener que andar buscando ingredientes raros.
La última que vi fue este postre de ricotta con fresas maceradas en vinagre de módena. La versión original, la suya, llevaba además un merengue italiano por encima, pero a mi me apeteció hacerlo algo más ligero. El merengue, depende de cómo, se vuelve muy pesado y ahora que llega el calor apetecen platos más ligeros.
Por lo tanto, una vez más, traigo una receta medio inventada sobre la base de otra receta que he visto por ahí. Y no tengáis miedo, que las fresas maceradas en el vinagre están deliciosas, por raro que parezca a primera vista.
Ricotta y fresones macerados en vinagre de módena (para 2 personas)
250 grs. de ricotta
200 ml de nata (crema de leche) de cocinar (alrededor del 5% de materia grasa)
1 cda. de miel
5-6 fresones medianos
Medio vaso de vinagre de módena
Preparación
1. Lavamos las fresas, les cortamos el rabito, las cortamos por la mitad y las ponemos en un bol
2. Mezclamos el vinagre de módena con la miel. Lo mezclamos bien con las fresas y lo dejamos macerar unos 90 minutos.
3. En el vaso de la batidora mezclamos la ricotta con la nata (crema de leche) de cocinar. Quedará una textura muy cremosa, como de yogur griego.
4. Para servirlo simplemente ponemos en vasos individuales la mezcla de ricotta y por encima unas fresas escurridas.
Una recomendación: el jugo que queda de macerar las fresas en el vinagre está muy bueno. No lo tiréis. Yo lo guardé y lo usé como aliño para una ensalada, así tenemos a la vez un postre delicioso y sorprendente y una vinagreta de fresas que acompaña a la perfección una ensalada.
Además, ¿habéis visto qué color y qué brillo tan espectacular le dan a las fresas? Arriba hay una foto donde se ven las fresones macerados y a la izquierda otros fresones tal como eran originalmente. ¿Véis que hasta el rojo se vuelve un rojo mucho más intenso?
Y el sabor es espectacular. Vale la pena lanzarse a hacer combinaciones que parecen raras porque a menudo te llevas gratas sorpresas como ésta.