Todavía no estaban tan de moda los risottos, así que para nosotros era "lo más"...
Después he ido aprendiendo, leyendo y también improvisando, y humildemente creo que se puede decir que se han convertido en una receta que domino...
Una de las cosas que aprendí a posteriori fue que el risotto que nos enseñaron aquel día y que era bueno para mis migrañas tiene un nombre oficial: RISOTTO ALLA MILANESA.
Así que os voy a contar como lo hice, además de contaros un poquito de las propiedades del azafrán...
El Azafrán (Crocus sativus) es una planta que procede de oriente Próximo, aunque actualmente se cultiva en España y toda la cuenca mediterránea hasta la India. Florece entre septiembre y octubre.
Su nombre procede del término árabe "zafán", que hace referencia al color amarillo, ya que de este color quedaban no sólo las comidas condimentadas con azafrán, sino también los tejidos teñidos con él... ¡A que no os lo esperabais!
Es la especia más cara, debido a que para obtener 1 kg. de azafrán seco hacen falta recolectar unas 150.000 flores. Un inciso... No sé si habéis tenido ocasión, pero ver los campos con la flor del azafrán recolectada, que van dejando a los bordes de los caminos, es una preciosidad...
Antiguamente, además de utilizarse para condimentar y teñir, se utilizaba como planta medicinal para enfermedades cutáneas y oculares, e incluso para combatir la peste y como método anticonceptivo...
Hoy en día, las propiedades reconocidas de esta especia son variadas: actúa como tranquilizante suave; mejora la circulación (por eso nos propusieron el risotto con azafrán para la migraña) y fortalece el corazón; regula la menstruación y tiene efecto afrodisíaco.
Ojo, que también tiene sus riesgos: una sobredosis tiene efecto narcótico, y a partir de 10 gr. es letal.
En cocina, se utiliza para sopas, mariscos, salsas y hasta platos dulces, y por supuesto, para arroces.
Es interesantísimo todo lo que he leído sobre el azafrán, leyendas incluidas, pero no me puedo pasar aquí tres días, así que, con la recomendación de que sigáis indagando en las curiosidades de esta especia, voy ya con la receta para el reto especialícite...
Para hacer este risotto para 4 personas necesitaremos:
- 1 y 1/2 caldo de pollo
- 1 cebolla mediana
- 60 gr
- mantequilla
- 350 gr. arroz (tipo bomba)
- 100 ml. vino blanco D.O. Montilla-Moriles (u otro blanco seco)
- 2 pellizcos pequeños de hebras de azafrán
- 50 gr. queso parmesano en lascas
Como veréis no utilizamos sal, porque el parmesano es un queso bastante salado.
Una de las características del risotto es que se le va añadiendo el líquido poco a poco, conforme lo vaya pidiendo. Así que ponemos a calentar el caldo, para que cuando se incorpore al arroz no corte la cocción por estar demasiado frío.
Por otro lado, picamos la cebolla. En una sartén o cazuela derretimos la mitad de la mantequilla y cuando empiece a formar espuma, añadimos la cebolla y la rehogamos.
Cuando empiece a dorar, añadimos el arroz.
Hay que mantenerlo unos dos o tres minutos rehogándolo, hasta que quede como transparente.
Añadimos el vino y removemos.
A estas alturas ya estará el caldo caliente, así que en medio vaso de caldo ponemos el azafrán en remojo.
En cuanto el vino se consuma, vamos añadiendo caldo caliente, sin dejar de remover, cucharón a cucharón, esperando a que se absorba cada vez antes de añadir más caldo.
En unos 20 minutos aproximadamente ya tendremos nuestro risotto al punto. Apartamos del fuego y añadimos el resto de la mantequilla y las lascas de parmesano. Removemos un poco.
Removemos también el caldo con las hebras de azafrán, que tomará un color amarillo, vertemos sobre el arroz, y mezclamos todo con un tenedor.
A mi me gusta dejarlo reposar, tapado, unos cinco minutos como mucho. No sé si conocéis el dicho "Arroz: mal guisado y bien reposado". Pues éso....
Servimos y disfrutamos nuestro Risotto a la Milanesa, hecho con una especia con mucha historia y leyenda.
Animáos, porque además, es muy suave y bastante ligero...
¡Besitos!