Adoro las rosquillas bañadas con kilos de azúcar, que te manchan un poco cada vez que pruebas una, pero no importa, están tan ricas que da lo mismo. Hay que disfrutarlas con un buen café con leche o con un chocolate caliente ni os cuento. En fin. A ver si pienso en otra cosa... jajajaa
220 gramos de Harina de repostería
1 sobre de Levadura en polvo (tipo Royal)
La piel de una naranja
1/2 cucharadita de Canela en polvo
80 cc. de Leche
200 gramos de Azúcar
Anís en grano
2 Huevos pequeños
75 cc. de Aceite de Girasol
Para freír
Aceite de Girasol
Piel de naranja (sin la parte blanca)
Azúcar para el paso final
Mezclar los huevos con el azúcar, hasta que quede una mezcla blanquecina, a continuación rallar la piel de media naranja.
Añadir una cucharadita de canela en polvo y a continuación de añade la leche. Mezclar bien.
Añadir la harina tamizada junto a la levadura, mezclar y amasar, por último se añade el aceite.
Se deja reposar la masa una hora mínimo.
Se forman pequeñas bolitas y con el dedo se les hace un agujero central, se estira un poco la masa para que quede el hueco bien señalado en el centro, ya que al freírlo tienden a cerrarse. Se deben hacer pequeñas como de 3 o 4 centímetros ya que crecen bastante al freírlas.
Recomiendo freír en aceite de girasol (el aceite de oliva les deja excesivo sabor, pero eso ya al gusto de cada uno) habiendo puesto antes en el aceite la cáscara de media naranja (solo la parte de color naranja sin parte blanca) que se retira cuando el aceite esté ya caliente para empezar a freír las rosquillas.
Cuando están doradas se sacan a un plato grande con azúcar y se pasan por aquí o bien dejarlos enfriar y se espolvorean con azúcar glas, esto ya al gusto de cada uno, pero con azúcar molida están riquísimas, os lo digo de verdad.
Pues ya está listo nuestro platazo de rosquillas caseras. Os dejo como siempre mi Facebook de La Taza de Loza por si queréis echar un vistacito´.
Sed felices y cocinad mucho.