Vamos a hablar de uno de los ingredientes más utilizados en todas nuestras cocinas, seas del país que seas y comas lo que comas, la especia.
Es uno de los ingredientes más antiguos que se conocen y se empezaron a utilizar como conservadores de productos y para disimular los sabores a rancio o podredumbre de los alimentos ante la falta de neveras y otros métodos de conservación. Es precisamente por esto, que los países donde hay más calor su cocina es más rica en especias, véase la comida Mexicana o la árabe por ejemplo.
Desde su descubrimiento han sido siempre muy valoradas y se han convertido en algunos de los productos más caros de su época, llegando a generar guerras entre países por el control de las zonas productivas y de los medios de transporte. Ha sido tal su valor en época antigua que algunos de los mercados más famosos del mundo han girado exclusivamente con el comercio de estos productos, como el mercado de las especias de Estambul, de El Cario o de Nueva Delhi.
Habría que diferenciar entre las especias propiamente dichas y las hierbas, a las que muchos (entre los que me incluyo) hemos puesto en el mismo saco sin serlo.
Las especias son partes de la corteza, la semilla o la flor de la planta, mientras que las hierbas serían partes de la hoja. En el grupo especias podemos encontrar a la pimienta, el anís, el cardamomo, el clavo, la canela, la nuez moscada, el jengibre, la semilla de mostaza, la cayena...entre otros, mientras que en el de hierbas aparecerán el orégano, el perejil, la albahaca, la hoja del cilantro, el tomillo, el romero, también entre otras muchas.
También cabría destacar que hay alguna especia que se elabora como combinación de otras muchas, como el curry, la cúrcuma o el garam masala, siendo su combinación los secretos mejor guardados de los grandes mercaderes.
A parte de como conservador, hoy en día su uso más utilizado es como sazonador y potenciador de sabores. Aquel que diga que hay que comer aburrido para comer sano no sabe que utilizar especias es beneficioso para la salud y que muchas de ellas son utilizadas en el campo farmacológico, además de que ayudan a la digestión y hacen menos necesaria la sal, lo que siempre es beneficioso para la hipertensión.
En definitiva son un ingrediente fundamental en cualquier parte del mundo a la que viajes y tienen el poder de transportarte a esos mundos sólo con su aroma y sabor. Disfruta de ellas y utilízalas de forma moderada ya que el exceso de las mismas puede terminar enmascarando el verdadero sabor del plato.