Ésta gran aventura mia, tuvo lugar a finales de Noviembre del año 1994, ha pasado ya 21 años, os cuento:
Después de casi 16 horas de viaje, sin poder dormir, debido quizás a la emoción, los nervios…o quizás por la compañía, escucho la voz del comandante que nos indica que estamos a punto de aterrizar en el aeropuerto de Bangkok.
Llegar La Ciudad de los Ángeles (es lo que significa su nombre) es como atravesar una puerta y entrar en una extraña sauna al aire libre, un lugar donde el cielo y la atmósfera siempre tienen un eco líquido y embadurnado de sugerente destemplanza que inexorablemente hace sudar.
Bajar del avión fue un asalto brutal a mis sentidos, quedé literalmente impactadae impactados por el calor mitigado por las sonrisas incontenible que acompañaba a cada tailandes con el que nos cruzábamos.
Con la gran responsabilidad de preparar un próximo viaje para más de 200 personas, reunirme con el Delegado de la Agencia de Viajes con la que organizaríamos el viaje, el Director del Hotel elegido, conocer a los guías, visitar cada uno de los sitios a visitar y restaurantes donde agasajaríamos a nuestros más importantes clientes…..preparé mi enorme maleta. En ella dispuse casi todo mi armario, pero la maleta que no llegó conmigo a Thailandia….sino que a posteriori, supe que viajó por medio mundo sin mi, llegó a casa un mes más tarde que yo.
Quien me iba a decir que mi primera visita, antes de ver ninguno de los maravillosos monumentos y la ciudad en sí, era a un gran Centro Comercial, en aquellos años uno de los más grandes y lujosos de Asia. Relativamente cerca del Hotel Sol Twin Tower donde nos hospedamos.
Probablemente no haya mejor ciudad para ir de compras que Bangkok…sus famosos mercados y mercadillos convierten a ésta bulliciosa ciudad, una ciudad que no duerme….en un paraíso para quienes desean ojear puestos, comprar barato y poner en práctica sus habilidades con el regateo.
Pero quienes me conocen, saben que a mi personalmente eso no me atrae en absoluto, independientemente del trabajo que debía realizar, sin duda alguna quería ver y disfrutar de su cultura, de sus paisajes, de su historia y por supuesto de su gastronomía…..
THailandia, el país de las sonrisas, es también un país de gran interés cultural: ¡existen más de 30.000 templosdistribuidos por todo el territorio, cada estructura es única así como también los once siglos de historia religiosa que le respaldan.
Lugares para no olvidar, incluso perderse…y poder tener grandes experiencias que vivir: Visitar el Gran Palacio Real y en él el templo Wat Phra Kaew donde se encuentra el famoso Buda Esmeralda; subir al templo Wat Arun (su nombre significa templo al amanecer); sentirse insignificante junto al Buda reclinado (Wat Pho) o anonadada con el Buda de oro (Wat Traimit); los mercados flotantes, navegar por el Rio Chao Phraya, el llamado Rio de los Reyes y surcar su red de intrincados canales o Klongs….. y no tener que irme de compras para lógicamente reponer vestuario y otros efectos necesarios para poder estar una semana sin mi equipaje.
Aún guardo dos de los trajes…..pero aquél blanco de estilo oriental, color crudo, fue especial….es especial, lo sigue siendo para mi, y sencillamente precioso.
Fueron días intensos, maravillosos, donde descubrí y me enamoré de Thailandia (La Tierra de los hombres libres), de sus paisajes, de sus monumentos, templos…y como no, de su gastronomía.
En cuanto a gastronomía, me sorprendió verla de noche desde el mirador giratorio del restaurante del hotel Baiyoke, en aquella época el más alto de Bangkok; aluciné en el Restauran más grande del mundo durante años en el libro guinnes de los records, con más de 5.000 plazas, The Royal Dragon…..y disfruté del mejor restaurante Chino (en aquella época el más caro de Bangkok) que curiosamente se encontraba en el mismo hotel Sol Twin Tower…. Vestida con mi traje blanco con clara influencias orientales.
Como comprobarán, no puedo una vez más ocultar mi pasión por Oriente…..Japón, Thailandia, India y China, lugares a los que he tenido la gran suerte de viajar.
Hoy, les animo a probar una sopa de pescado oriental, muy sabrosa, llena de aromas cítricos, intensos y picantes, que espero disfruten y les haga soñar con ése lugar de mis sueños: Thailandia.
¿Cómo la hice?
Ingredientes para dos personas:
Dos champiñones tipo portobello, dos cucharadas de aceite de girasol, media cebolla blanca (tipo cebolleta), medio bote de tallos de bambú, medio pimiento rojo, un litro y medio aproximadamente de caldo de pescado (para ello utilizo las espinas de la rosada), tres cucharadas de salsa de soja, dos filetes de rosada (unos 150 grms., en su defecto cualquier pescado blanco), una ramita de cilantro fresco, una cucharada pequeña de café de azúcar moreno, 20 grms. de jengibre fresco cortado en finos trozos, un diente de ajo, una cucharada de zumo de lima y dos o tres guindillas rojas pequeñas.
Tallos de bambú:
Cilantro fresco:
Los pasos a seguir:
En una cacerola con litro y medio de agua poner a cocer las raspas de rosada colocadas en un colador, llevar a ebullición, espumerear, dejarlas cocer durante quince minutos aproximadamente y colar el caldo. Reservar.
Cortar la cebolla y el diente de ajo en trozos pequeños, enjuagar el pimiento y cortarlo en tiras, limpiar bien los champiñones con un paño y cortarlo en trozos no muy grandes.
Escurrir bien los tallos de bambu y reservarlos.
En una olla echar el aceite y saltear la cebolla junto con el ajo durante unos minutos, hasta que haya ablandado.
Incorporar el pimiento, los champiñones, el bambú y saltearlos durante dos minutos removiendo continuamente.
Echar el caldo, la soja, el azúcar, el zumo de lima, el jengibre y llevar a ebullición, dejándolo cocer unos diez minutos.
Agregar el pescado troceado, rectificar de sal y apartar del fuego. Añadir el cilantro.
En cuanto esté lista, servir la sopa añadiéndole los pimientos chiles picantes troceados al gusto, más cilantro fresco y un chorreoncito de zumo de lima.
Nota.- En las recetas tradicionales y originales thailandesas suelen poner una mezcla de galanga (es un rizoma de la familia del jengibre cuyo sabor lo recuerda ligeramente, aunque la galanga tiene un sabor mucho más intenso. Es prácticamente imposible encontrarlo a no ser que sea en tiendas especializadas), hierba limón y hojas de lima Kafir, que como habrán podido comprobar yo no he puesto al hacerla por no poder obtenerlas en ése momento.
Deseando un buen fin de semana.....dedico ésta entrada a nuestra guia Sophí...quien me acompañó y ayudó en todo momento en mi aventura thailandesa, en éste primer viaje y en el siguiente...porque volví a Thailandia unos meses más tarde, en ésta ocasión me acompañó en todo momento mi propio equipaje donde no podía faltar aquel traje blanco de estilo oriental.
Thailandia….el principio de una gran historia de mi vida.
Con todo mi amor para mi marido.