Si bien la sopa es uno de los platos más conocidos en todo el mundo, en España -y muchos otros países más cálidos- tienen su propia versión de la sopa que se sirve fría; una idea que sólo se produjo en las condiciones únicas del sur de España.
Andalucía es por excelencia la comunidad autónoma donde las sopas frías son las más producidas y consumidas, ya que es donde se inventó la mayoría de las sopas frías de España. Esto es debido a las altas temperaturas, que en verano pueden alcanzar los 46º C, combinado con el trabajo de campo agrícola; lo que creó una necesidad de encontrar alimento que refrescara al mismo tiempo.
El gazpacho, el salmorejo y el ajo blanco tienen influencia de los moros, pues las sopas frías se consumieron mucho antes de la reconquista, cuando la mayoría de ellos fueron expulsados de España.
Hoy en día, muchas de las sopas han tenido un resurgimiento gracias a la creciente popularidad y expansión de la cocina creativa en España. Con los colores distintivos de muchas de estas sopas, los cocineros españoles han hecho uso de ellos para decorar sus platos y traer un poco de color y estilo.
Pero también hay muchas otras sopas calientes consumidas durante los meses más fríos, por lo tanto, se creó también una gran cantidad de guisos y sopas calientes en España con un propósito. En lugar de ser refrescantes y frías, éstas son cálidas y están llenas de calorías para asegurar los nutrientes suficientes durante los fríos días de invierno.
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Imágenes: daringgourmet, youtube