Como otros revueltos, es una preparación fácil, rápida y sin complicaciones.
Ingredientes:
500 gr. de suillus.
2 ajos.
3 huevos.
Aceite de oliva y sal.
Lechuga.
Pan tostado.
Limpiamos muy bien los suillus, quitándoles la cutícula y los poros, es decir, siguiendo las recomendaciones que nuestro colaborador Isidro, nos hacía en su artículo: “La seta babosa, no la patees que ya la cogeré yo” y los cortamos en láminas gruesas de 1 centímetro y medio o 2 centímetros y reservamos.
En una sartén ponemos 3 cucharadas de aceite de oliva y doramos en el dos ajos cortados en láminas. Cuando los ajos empiecen tener ese bonito color dorado que toman añadimos los suillus y los cocinamos a fuego fuerte.
Soltarán bastante agua pero se irá evaporando en unos minutos.
Cuando los suillus vuelvan a estar secos, añadimos un chorrito de aceite, los 3 huevos enteros y sal al gusto.
Con una paleta los vamos removiendo para que no se queme abajo, rompiendo los huevos en el proceso. Ponemos los huevos sin batir porque, para esta preparación, nos gusta que la yema se distinga de la clara y no quede totalmente homogénea la mezcla.
Retiramos la sartén del fuego cuando nuestros huevos estén blandos, antes de que todo quede demasiado cuajado.
Servimos en un plato amplio acompañado de un poco de lechuga aliñada y unas rebanadas de pan tostado con un hilito de aceite de oliva.
Los únicos “tip’s” a tener en cuenta, para que este plato quede estupendo, son no batir los huevos y no cuajarlos demasiado.
Fuente: este post proviene de Cocina sin Carné, donde puedes consultar el contenido original.
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