Os debía esta receta desde hace tiempo, fue la que preparé en versión mini para el cumple de mi amor y os encantó. Por eso he decidido hacer vídeo receta, para que veáis lo fácil que es de preparar y el buen resultado que da.
Para mí es la mejor tarta de chocolate que he probado, ya sea en su versión saludable o en la normal; ambas quedan estupendas y la versión sana no tiene nada que envidiar a la tradicional. Queda un bizcocho esponjoso, ligeramente húmedo y muy tierno. Con un sabor intenso a chocolate que junto con el suave ganache es la combinación perfecta para hacer una tarta estupenda.
Ingredientes:
1 taza o 110 g de harina de espelta integral
1/2 o 100 g de xilitol
1/3 de taza o 35 g de cacao en polvo
1/2 cucharadita de bicarbonato
1/2 cucharadita de levadura
1/4 de cucharadita de sal
1 huevo
1/2 taza o 120 ml de buttermilk ( o leche + zumo de limón)
1/2 taza o 120 ml de café recién hecho
1/4 de taza o 60 ml de aceite de oliva virgen
1/2 cucharadita de vainilla
Ganache
100 g de chocolate negro sin azúcar
75 g de leche
Primero vamos a preparar la buttermilk si no la encontramos en el super; yo siempre la preparo porque aquí en España en difícil de encontrar. Calentamos un poco la leche, para que esté templada porque así cuaja mucho mejor al añadirle el zumo de limón. Le añadimos 2 cucharadas de zumo de limón y dejamos reposar.
En un bol grande ponemos la harina, el xilitol, el cacao, el bicarbonato, la levadura y la sal; removemos bien. Añadimos el huevo, la buttermilk, el café, el aceite y la vainilla. Batimos con hasta obtener una mezcla homogénea y sin grumos. La mezcla queda muy líquida así que no os preocupéis por este aspecto, así tiene que ser.
Engrasamos un molde de silicona, vertemos la mezcla en él y llevamos al horno a 180° por unos 35 minutos (comprobando con un palillo, hasta que salga limpio) Dejamos templar y después desmoldamos, dejando enfriar el pastel por completo.
Mientras preparamos nuestra ganache; cortamos o troceamos el chocolate y lo ponemos en un bol. Echamos por encima leche caliente, dejamos reposar unos 2 minutos y removemos. Lo más probable es que nos quede chocolate sin derretir y una mezcla heterogénea, así que llevamos unos segundos al microondas o al baño maría, removemos y estará listo una vez que nos quede espeso y homogéneo.
Echamos por encima del bizcocho el ganache, extendiéndolo bien por toda la superficie. Podemos decorar a nuestro gusto, aunque esta vez he optado por lo simple, sin nada más por encima pero en otras ocasiones he usado sprinkles de colores, frutos secos o frutas.
Para servir, podemos hacerlo cuando el ganache todavía esté fundido o esperar que endurezca, en ambos casos está delicioso.
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