Hoy quería presentar esta tarta, que la preparé hace unos días, hablando de las frutas de verano, del calor, de cómo apetece comer melocotones fresquitos cuando los sudores te invaden, de que los melocotones están entre aquellos alimentos a tener en cuenta para coger un bonito bronceado (los que lo cojan, no las personas blanco nuclear como yo) y cosas así. Pero resulta que ahora mismo, mientras escribo esto, la temperatura ha bajado a veintipocos grados (¡Síííííí! :) ), está lloviendo (¡magnífico!) y, en resumen, que lo que veo por la ventana poco tiene que ver con el verano jejeje…
Bueno, mucho jejeje ahora que estoy a cubierto dentro de casa. Pero si os cuento lo de esta mañana… a mi, que tanto me gusta la lluvia y esas cosas, durante un rato que se me ha hecho eterno, he tenido que tragarme mis palabras.
Esta mañana nos hemos levantado, hemos preparado nuestras mochilas, nos hemos vestido de senderistas con palos y todo, bocadillos para comer y agua para parar un tren, nos hemos subido al coche y nos hemos ido al Montseny a hacer una excursioncita de las nuestras. En la previsión meteorológica de hoy para esa zona decía “nublado por la mañana y lluvias por la tarde”. Sin problemas, porque nuestra intención era subir al Turó de l’Home, comernos los bocadillos y bajar para estar en el punto de salida poco más tarde de después de comer. Y si llovía un poco, llevamos siempre los chubasqueros plegados dentro de la mochila.
Llegamos, aparcamos y empezamos a andar montaña arriba. Yo ya iba viendo que de vez en cuando asomaba alguna nube un poco más gris de lo normal. Quiero decir que no eran los típicos “borreguitos blancos”, pero como no me gusta ser alarmista, boca cerrada y seguimos caminando hacia arriba.
Este fenómeno del “seguir caminando” tiene una consecuencia: que cuanto más caminas, más te alejas de tu punto de partida. ¡No, no! ¡No le quitemos importancia! Mientras todo va bien y está soleado… y no hace demasiado calor… y no estás cansado… dar un pasito más es una alegría porque es un paso menos hasta el objetivo. Pero cuando tienes que abortar misión y salir por patas maldices todos y cada uno de los pasitos que te han llevado hasta allí y el camino de vuelta se hace interminable.
Pues eso es lo que ha pasado. Que cuando ya veíamos la cima a relativamente poco trozo… ¡cu-cú! Sacan la cabeza por detrás de la cima unos nubarrones. Grises grises y feos feos. Y nosotros “bueno, nubarrones, si ya nos íbamos…”. Media vuelta con el culito apretado y a caminar montaña abajo. Aquí es donde entra el tema ese de que maldices cada pasito. Caminando hacia abajo, en un momento dado oímos un runrún. Ay ay ay… se oyen truenos :S Nos giramos y efectivamente; los nubarrones son más grises aún de lo que parecía, pero seguimos estando lejos. Caminamos más y cuando nos giramos de nuevo ya vemos que no mucho más lejos hay un cortinón de agua bastante espectacular. Y los truenos cada vez eran más seguidos, menos “runrún” y más “brrommm brrommm”. ¡Parece mentira qué rápido que avanza una tormenta y que lentos que somos los humanos! Bueno, no todos. Kilian Jornet hubiera bajado del Turó de l’Home a donde hemos aparcado como si le persiguieran una manada de lobos hambrientos. Pero los mortales somos muy lentos. Y un poco más adelante ya nos han empezado a caer las primeras gotas. Y los truenos “¡crash! ¡brrommm!”. Y los relámpagos también acosando.
De repente una furgoneta blanca, con las ventanillas bajadas y dentro dos ángeles caídos del cielo que nos dicen si queremos que nos lleven a algún sitio. Sí, por favor, a donde sea, que ya no tenemos más ganas de rayos, truenos y centellas. Y, como si las nubes hubieran estado esperando este momento, empieza a diluviar justo en ese momento. Llegamos al coche y más lluvia, más truenos, más rayos y hasta granizo.
Si alguna vez vuelvo a decir que me gusta la lluvia tenéis mi permiso para recordarme esta historia.
Conclusión, amiguitos: consultad siempre más de una previsión del tiempo, y sin dan datos diferentes, por si las moscas, nos quedaremos siempre con la más pesimista. Mejor anular la excursión que tener que lamentar :)
Y ahora sí. Volvamos a poner veranito y buen tiempo en nuestras vidas con esta tarta de melocotón hecha sobre masa brisa de chocolate.
Tarta de melocotón con masa brisa de chocolate (para molde de 20-22 cms)
Para la masa brisa
210 grs. de harina
60 grs. de azúcar glas
40 grs. de cacao en polvo
125 grs. de mantequilla sin sal cortada a dados
9 cdas. de agua fría
Para el relleno y la decoración
350 grs. de melocotón pelado y sin hueso
200 grs. de agua
25 grs. de azúcar
2 cdas. de Maizena
2 hojas de gelatina
Preparación
Empezamos con la masa brisa precalentando el horno a 180º
1. Ponemos en un bol la harina, el cacao y el azúcar y los mezclamos bien. Añadimos la mantequilla fría y lo mezclamos hasta que quede como migas. Como es una masa brisa, no lo amasaremos, sólo mezclado con los dedos lo justo y sin que coja calor. Añadimos las cucharadas de agua fría y la mezclamos bien también sin amasar. Hacemos una bola con la masa y la ponemos a enfriar en la nevera envuelta en papel film durante 15 minutos.
2. Estiramos la masa y la ponemos cubriendo el molde. La pinchamos con un tenedor y la ponemos a enfriar en la nevera otra vez durante 10 minutos más. Pasado este tiempo la pinchamos y la horneamos en ciego durante 20 minutos.
Vamos a ir preparando el relleno, que es una crema de melocotón con un poco de gelatina para que tenga más consistencia.
3. Ponemos las hojas de gelatina en remojo.
4. Reservamos una pequeña parte de melocotón para hacer la decoración, que la haremos con el melocotón cortado a daditos muy pequeños. El resto del melocotón lo ponemos en un cazo con el agua y el azúcar. Lo dejamos hirviendo hasta que se ablande. Lo trituramos y lo ponemos de nuevo al fuego con la Maizena y la gelatina, removiendo bien para que no haga grumos. Cuando haya tomado la textura de una crema densa ya lo podemos retirar.
5. Rellenamos la base de masa brisa con la crema de melocotón y lo ponemos en la nevera hasta que solidifique la gelatina.
6. Finalmente para decorarlo esparcimos el melocotón y las virutas de chocolate haciendo algún dibujo
Esta es una tarta inventada, espero que os animéis a probarla y que os guste.
Y si habéis llegado hasta aquí después de la perorata que os he dado al principio, ¡enhorabuena y gracias, sois todo paciencia! ;)