Muchas veces os he comentado lo que me gusta el desayuno, incluso me levanto un poco antes que el resto para poder disfrutarlo tranquilamente. Lo habitual es que me prepare un zumo de naranja, un café y normalmente galletas pero si tengo mermelada casera hecha, entonces sustituyo las galletas por ricas tostadas. Pero lo que de verdad nunca me falta es un buen puñado de frutos secos, normalmente nueces y es así como un día descubrí las nueces pecanas, un fruto de lo más saludable y rico al paladar.
Un día desayunando se me ocurrió que tenía que hacer un postre con las nueces ya que si de por si solas estan deliciosas, no quería imaginar como estarían dentro de una tarta o de una magdalena. Deciros que intenté hacer unos Muffins pero no me quedaron tal y como esperaba por lo que desestimé publicar la receta, de hecho incluso tampoco la pienso repetir porque como os digo, no me gusto ni la receta ni el resultado final. Tengo que buscar una que me convenza o modificar completamente la que hice. Entonces se me ocurrió hacer esta sencillísima tarta de nueces, os la recomiendo porque es de verdad una maravilla.
INGREDIENTES:
Para la base:
300 gr. de harina
150 gr. de azúcar glass
150 gr. de mantequilla fria
2 huevos
1/4 de cucharadita de sal
Para el relleno:
200 gr. de nueces pecanas ya peladas y sin sal
4 huevos
175 gr. de sirope de arce
50 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
50 gr. de harina
85 gr. de azúcar moreno
2 cucharaditas de extracto de vainilla
ELABORACIÓN:
Comenzamos preparando la base de la tarta y para ello tamizamos la harina y el azúcar glass junto con la sal y lo mezclamos. Añadimos la mantequilla fria y cortada en dados y mezclamos con la harina y el azúcar. Nos ayudaremos de los dedos pero tratando de no amasar demasiado con el fin de que no se derrita la mantequilla con el calor de nuestras manos. Cuando tengamos una textura parecida a arena mojada, añadiremos los huevos y mezclaremos hasta obtener una masa lisa y uniforme. La envolvemos en film transparente e introducimos la masa en la nevera durante una hora aproximadamente.
Pasada la hora, estiramos la masa sobre la encimera ligeramente enharinada y con ayuda de un rodillo. Forramos un molde redondo con la masa e introducimos el molde en la nevera mientras preparamos el relleno.
Precalentamos el horno a 190ºC.
Trituramos las nueces excepto 25 ó 30 de ellas que utilizaremos para cubrir la tarta.
Tamizamos la harina y reservamos.
En un bol mezclamos los huevos, la mantequilla, eñ azúcar, el sirope de arce, el extracto de vainilla y la harina. Cuando obtengamos una mezcla cremosa, añadiremos las nueces que habíamos triturado anteriormente.
Vertemos la mezcla sobre la masa que teníamos en la nevera y sobre ella disponemos las nueces enteras que habíamos reservado.
Introducimos la tarta en el horno durante 40 minutos.
Sacamos del horno y dejamos que se enfríe sobre una rejilla.
Desmoldamos la tarta cuando esté templada.
ALGUNAS ACLARACIONES:
Si observaras que los últimos 10 ó 15 minutos la superficie de la tarta está muy dorada, cubrela con un trozo de papel de aluminio hasta el fin de la cocción.
Esta tarta la puedes comer fria o bien templada y la puedes acompañar además de nata (crema de leche) semi montada o sirope de chocolate o caramelo.
No es fácil conseguir sacar las nueces enteras cuando rompes su cáscara, aunque con un poco de paciencia conseguiras las justas para decorar la tarta, pero si no tienes ganas de pasarte un rato pelando nueces, las puedes comprar ya peladas.