Si tengo que confesaros cual es mi tarta, postre favorito, sin dudarlo os diría que la tarta de queso.
Es una de esas tartas que se hacen en un plin y que sabes que vas sobre seguro si tienes un compromiso de un segundo para otro. Te saca de un apuro en esos momentos que dices ¿y ahora que preparo?
El único inconveniente que le veo, es que es una tarta que de un día para otro gana en sabor, así que es mejor hacerla con antelación si quieres sorprender a los comensales o simplemente darte el capricho.
Esta tarta surgió con la llegada a casa de un plato de higos recién cogidos en las manos de "mis hombres". Así también reconozco que me gustan, tal cual. Pero llegaba el finde y siempre preparo algo dulce.
Busqué por internet y ví la combinación de queso e higos, así que sabía que tenía el postre de este fin de semana resuelto.
He de deciros que utilicé un molde pequeño, por eso me quedó "gordita", si utilizáis un molde grande os quedará finita. Eso ya es cuestión de gustos.
INGREDIENTES:
PREPARACIÓN:
Precalentar el horno a 180º. Enmantequillar un molde desmontable y forrarlo con la masa brisa. En un cuenco batir los huevos con el azúcar hasta que blanquee. Incorporar la tarrina de queso y batir hasta que esté todo integrado. Volcar encima de la pasta brisa. Pelar los higos y cortar en rodajas. Cubrir la tarta de queso e introducir en el horno, sobre unos 30 minutos. Ir vigilando hasta que empiece a ponerse doradita y al pincharla, sale limpio el palillo.
Como ya he dicho, a la hora de servirla podéis pincelar con mermelada de higos
Bon profit !!!